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Naufragio Villa de Pitanxo

NACHRICHTEN Presseerklärung

ASUNTO: Naufragio Villa de Pitanxo. ITF España considera prioritario respetar el duelo de las familias y amigos de los fallecidos, y de toda la gente del mar. Las familias necesitan respuestas, respeto y rigor en el tratamiento de las causas y consecuencias del naufragio.



La ITF es la Federación Internacional de los Trabajadores del Transporte, fundada en 1896 en Londres, agrupa a más de 600 sindicatos del Transporte, representando a unos 18 millones de trabajadores en 147 países. En el sector marítimo, gracias a su red de inspectores, tiene posibilidad de ayudar a la gente de mar en las principales áreas portuarias del mundo.



Desde el día del naufragio, Luz Baz, Coordinadora de la ITF en España e inspectora en Galicia, se puso al servicio de la Cooperativa de Armadores de Vigo para colaborar en lo que fuese posible, a través de los contactos con ITF en Canadá. ITF se ha puesto también al servicio de las familias de los tripulantes.



Considerando que el primer paso es recibir y asistir a los náufragos que van a bordo del barco pesquero español Playa de Menduiña que espera recalar en las próximas horas en Saint Johns, los cuerpos recuperados tendrán que ser identificados y las familias tienen derecho a recibir toda la información. ITF España está coordinando con ITF en Canadá -y ellos con las autoridades- entendiendo que, de acuerdo con los protocolos canadienses y bajo tutela consular española, los cuerpos de los tripulantes fallecidos deberán ser repatriados a España lo antes posible



En estos momentos dramáticos, las familias necesitan respuestas, algunas podrán recuperar los restos de sus seres queridos y otras, si no se reanuda la búsqueda y son recuperados, tendrán que afrontar su “desaparición en la mar. Afortunadamente, teniendo en cuenta el riesgo intrínseco a la profesión, el medio en el que se realiza y el gran drama que fue para tantas familias de náufragos durante décadas, en España, la Ley 4/2000 de 7 de enero modificó los plazos para la “declaración de fallecimiento” y ahora, en lugar de dos y tres años, se requieren tres meses desde el naufragio.



La pesca, y en general las profesiones marítimas, son grandes desconocidas para la sociedad, se habla de ellas cuando hay naufragios y tragedias, pero se desconoce el trabajo que realizan los hombres y mujeres de la mar. Siendo una industria global, es permeable a una gran precariedad laboral, la contratación de tripulantes de países terceros, la utilización de pabellones de conveniencia y la falta de un control efectivo, ha dado lugar a situaciones de abandono de tripulantes, de impago de salarios e indemnizaciones y hasta situaciones de trabajo forzoso y esclavitud en el sector. Hay armadores que ofrecen trabajo decente en condiciones legales, pero se enfrentan a otros que compiten con ellos en el mismo mercado de manera desleal.



El Villa de Pitanxo era un buque de bandera española por lo que la legislación del Estado del Pabellón es la aplicable en materia de investigación y cobro de indemnizaciones, independientemente de que las autoridades del puerto de recalada colaboren en la investigación. Es preciso resaltar que los tripulantes embarcados en un buque de pabellón español tienen que estar dados de alta en la Seguridad Social, asegurados y ser considerados como trabajadores a todos los efectos.



La pesca entraña una formación, un riesgo y un esfuerzo desconocido para otras profesiones. Durante décadas se ha hablado mucho de sostenibilidad de los recursos, de cuotas de captura y pesca ilegal, pero muy poco de las durísimas condiciones en las que trabaja la gente de la mar y de los abusos que sufren algunos tripulantes.



Ante una tragedia de esta magnitud, las familias y la sociedad necesitan respuestas, es fundamental saber qué ocurrió, por qué ocurrió, cómo se podría haber evitado, cuáles eran las condiciones y la organización del trabajo a bordo, la planificación de las jornadas, las horas de descanso, la seguridad de las operativas en condiciones meteorológicas adversas, etc. El objetivo de la investigación no debería centrarse solo en buscar “la culpa”, sino en cerciorarse de que se toman medidas efectivas para evitar que se repitan tragedias como la del Villa de Pitanxo y se mejoren de verdad las condiciones de seguridad de los buques y tripulantes por encima de otros intereses.



Hay una realidad importante que es preciso destacar: siendo la pesca el sector con mayores índices de peligrosidad y tasas de muerte, desarrollándose en un medio hostil y, en ocasiones, alejado de aguas nacionales, la protección de los trabajadores del mar- concretamente de la Pesca- en los convenios internacionales es mínima en comparación con otros sectores. Por ejemplo, el Convenio Internacional que regula la seguridad en buques pesqueros (firmado en Torremolinos en 1977 y enmendado en 2012) aún no ha entrado en vigor por el bajo número de ratificaciones y, el Convenio de la OIT 188 sobre condiciones MINIMAS de trabajo en buques pesqueros, desde 2007 no ha sido ratificado por algunas de las principales potencias pesqueras, entre ellas, España. Es hora de que las administraciones trabajen en la protección efectiva de la gente del mar, lamentar durante unos días sucesos como el naufragio del Villa de Pitanxo no es suficiente.





Se dice que la gente joven no quiere ir al mar... ¿alguien arriesgaría su vida y abandonaría familia y amigos por un sueldo que puede cobrar en tierra?



Luz Baz Abella

Coordinadora de la ITF en España. Inspectora de la ITF en Galicia y Asturias


baz_luz@itf.org.uk

Móvil: +34 660682164

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