La frustración de los pescadores de Senegal y Costa de Marfil que trabajan a bordo de atuneros de propiedad española y francesa que faenan en el golfo de Guinea y el océano Índico en el marco de los acuerdos de colaboración de pesca sostenible de la UE condujo la semana pasada a la convocatoria de huelgas que afectaron a unos 64 buques, es decir, al 80 % de la flota.
Yoro Kane, secretario general del sindicato de pescadores senegalés UDTS, declara:
“Estos acuerdos firmados entre la Comisión Europea y una serie de países del Sur Global son enormemente lucrativos para las empresas francesas y españolas cuyos barcos tienen licencia para pescar atún.
“Los acuerdos prevén que los pescadores contratados localmente obtengan al menos el salario básico mínimo de la OIT para un marino capaz, que en la actualidad asciende a 658 dólares estadounidenses al mes. La realidad es que esto no se cumple, y algunos pescadores cobran apenas un tercio de esta cifra.
“Varios sindicatos de Senegal y Costa de Marfil, los principales países proveedores de mano de obra, han emprendido una campaña para obligar a los empleadores franceses y españoles a tratar con nosotros esta y muchas otras reivindicaciones.
“Los empleadores se niegan a dialogar con nosotros de buena fe. Les enviamos un preaviso de huelga hace un mes, como muestra de nuestra seriedad, pero no fue suficiente para que se comprometieran a llegar a un acuerdo conforme a los convenios internacionales.
“De ahí nuestra movilización la semana pasada, que hemos suspendido gracias a las conversaciones arbitradas por las autoridades senegalesas y marfileñas. Están previstas nuevas conversaciones con los empleadores.
“La Comisión Europea y las autoridades locales deben explicar por qué tenemos que librar estas batallas para obtener lo que ya está prometido por escrito en los acuerdos de colaboración de pesca sostenible”.
Johnny Hansen, presidente de la Sección de Pesca de la Federación Internacional de los Trabajadores del Transporte, añade:
“La comunidad sindical internacional se solidariza con esta lucha de los pescadores y pescadoras senegaleses y marfileños. Resulta increíble que unas compañías altamente rentables y las autoridades gubernamentales, que se benefician de acuerdos de pesca muy ventajosos negociados para ellos por la Comisión Europea, consideren aceptable hacer caso omiso de la clara disposición sobre el salario básico mínimo de la OIT para un marino capaz.
“Observo con especial preocupación las detenciones por parte de las autoridades de las Seychelles de algunos pescadores en huelga, si bien ya han sido puestos en libertad. Dejar pacíficamente de realizar nuestro trabajo es un derecho humano fundamental que las autoridades deben respetar.
“Los pescadores y las pescadoras y sus sindicatos pueden contar con el apoyo del movimiento europeo y pueden estar seguros de que haremos cuanto esté en nuestra mano para plantear la situación a los empleadores franceses y españoles, a la Comisión Europea y a las empresas a lo largo de las cadenas de suministro dentro de Europa que llevan este producto a los estantes de los supermercados.
“La ITF considera que los pescadores y las pescadoras deberían recibir el mismo trato que sus compañeros marinos de buques mercantes cubiertos por convenios colectivos exhaustivos que incluyen el salario y todas las condiciones de trabajo. Deberían tener derecho, al menos, al salario básico mínimo de la OIT de 658 dólares y al salario mínimo consolidado de la ITF de 1156 dólares en 2023, o debería aplicarse el salario mínimo del Estado de abanderamiento, lo que resulte mayor, a menos que se haya acordado algo distinto en los convenios colectivos nacionales ya vigentes históricamente”.
FIN
Acerca de la ITF: La Federación Internacional de los Trabajadores del Transporte (ITF) es una federación democrática, encabezada por sus organizaciones sindicales afiliadas, reconocida como la principal autoridad mundial en materia de transporte. Luchamos fervientemente para mejorar la vida laboral, conectando a sindicatos de 147 países para garantizar los derechos, la igualdad y la justicia de sus miembros. Somos la voz de casi 20 millones de trabajadores y trabajadoras del transporte de todo el mundo.
