Los sindicatos mundiales reclaman al primer ministro turco medidas contra la represión violenta

Dirigentes del Consejo de los Sindicatos Mundiales, –una asociación que reúne a 11 federaciones sindicales internacionales, entre ellas la ITF, que representan a cientos de millones de trabajadores y trabajadoras del mundo entero– escribieron hoy una carta al primer ministro turco reclamándole que tome medidas para frenar la violencia utilizada para reprimir a las personas que se manifiestan e “iniciar un diálogo real con los ciudadanos y ciudadanas del país y sus representantes”.

La carta dirigida a Recep Tayyip Erdoğan condena la brutalidad de las fuerzas de seguridad turcas y afirma que “la democracia no es sólo ir votar. El derecho a manifestarse pacíficamente es uno de los fundamentales de una democracia genuina”.

Citando tanto la ola de violencia actual como el baño de sangre de las celebraciones del 1º mayo de este año en Estambul, la carta afirma que “el movimiento sindical mundial expresa su profunda preocupación por que su gobierno ha hecho de la represión violenta una práctica regular… se trata de una brutalidad inaceptable”.

Y continúa: “Su gobierno se define como defensor de la democracia y de los derechos humanos, pero para resolver problemas sencillos como el del parque Gezi de Estambul se niega usted reiteradamente a dialogar. Este comportamiento intransigente ha provocado una propagación y continuación de las protestas. Además, sus insultos dirigidos a su propia ciudadanía constituyen una provocación y un peligro.

“En lugar de continuar la represión y las medidas antidemocráticas, debería reconocer las causas subyacentes de las manifestaciones. En concreto, desde las elecciones de 2011, han aumentado las medidas autoritarias, entre las que destaca un antisindicalismo legal e ilegal, la adopción de leyes que obstaculizan en lugar de propiciar el ejercicio de los derechos sindicales; la pasividad, como mucho, contra los empleadores que se niegan a respetar los derechos de los trabajadores y trabajadoras; los abusos del sistema judicial; y la violencia contra sindicalistas. Todo ello sumado a las limitaciones a la libertad de reunión y expresión, constituyen agresiones contra los derechos humanos fundamentales y la democracia”.

La carta concluye: “El movimiento sindical mundial insta a su gobierno a adoptar medidas contra quienes ocupan cargos de autoridad y son responsables de estos disturbios sociales multitudinarios y de la violencia. También le instamos a que vele por que las personas detenidas por participar en manifestaciones pacíficas sean inmediatamente puestas en libertad”.

“Turquía y su población… merecen democracia y protección de todos los derechos humanos, incluidos los derechos sindicales. Instamos a su gobierno a avanzar en dicha dirección en los cruciales días y semanas que se avecinan”.

Paralelamente, las confederaciones sindicales turcas KESK y DISK se pusieron ambas en huelga el 4 y 5 junio para protestar por la violencia contra los manifestantes. El sindicato afiliado a la ITF BTS, miembro de KESK, nos envía el siguiente testimonio de primera mano desde Estambul:

“Cientos de personas heridas, muchas de ellas de gravedad, como consecuencia de la represión policial dirigida contra personas señaladas como blanco. Miles de personas detenidas por la policía. Los principales distritos de las ciudades están sitiados por la policía, que ha iniciado registros nocturnos, como cacerías. El blanco de estos registros son todos los oponentes del gobierno”.

Y añade: “Durante nuestra huelga por la “vida decente, empleo estable y una Turquía segura y democrática” miembros del sindicato llevaron lazos y ropa negros a su trabajo y celebramos ruedas de prensa frente a las empresas para condenar que se ignora el derecho a la vida, la libertad de expresión y el derecho de protestar”.

Para apoyar la campaña de LabourStart contra la violencia en Turquía, pulsen aquí.