En el marco de una campaña para reivindicar unos salarios más justos, los miembros del Sindicato de Transporte Ferroviario y Marítimo de Nueva Zelanda (RMTU), afiliado a la ITF, tenían prevista una huelga parcial con la intención de evitar causar trastornos excesivos a los viajeros. La reacción agresiva de la compañía a esta huelga limitada convocada por la RMTU es desafortunada y exagerada y, además, desdeña los derechos humanos fundamentales a la huelga y a ganarse la vida dignamente.
Los trabajadores y las trabajadoras de CAF se encargan del mantenimiento y la reparación de los trenes de pasajeros de Auckland. En su mayoría son inmigrantes y cobran un 13 % menos que quienes realizan un trabajo igual o similar para otras empresas, como KiwiRail. En 2018, CAF aumentó sus ingresos en un 39 %, hasta alcanzar los 2.000 millones de euros, y en sus resultados del primer trimestre de 2019 ha anunciado un aumento del 20 % de su beneficio neto. De estas cifras se desprende que la empresa puede permitirse el aumento que reivindica su plantilla.
El secretario general de la ITF, Stephen Cotton, afirmó: "La ITF y sus sindicatos afiliados no tolerarán a las empresas que exploten a trabajadores vulnerables que están realizando un servicio de mantenimiento vital y cualificado; son los guardianes de la seguridad de todos los viajeros del tren.
"Además, estos trabajadores y trabajadoras se ocupan de los trenes eléctricos de Auckland, y el transporte público electrificado es vital para reducir las emisiones de carbono en las ciudades y mejorar la calidad de vida. Pero esto no será sostenible sin empleos decentes y sin respetar los derechos laborales y sindicales. Instamos a CAF a poner fin de inmediato a la suspensión y a que pague a sus trabajadores de Auckland un salario digno".
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