La Federación Internacional de Trabajadores del Transporte (ITF) y el Sindicato Marítimo de Australia (MUA) señalan que el Gobierno federal australiano se ha dormido al volante durante la crisis suscitada en torno a los cambios de tripulaciones, poniendo en riesgo el comercio, la economía del país y la vida de la gente de mar.
“El jueves, cuando el Reino Unido organizó una cumbre internacional virtual entorno a la crisis del cambio de tripulaciones, Australia ni siquiera se conectó a la reunión. Es la señal más reciente de que no hay liderazgo ni del Gobierno federal ni de su entidad reguladora para lidiar con la crisis marítima más profunda que recordamos”, comentó el presidente y secretario nacional del MUA, Paddy Crumlin.
La Autoridad de Seguridad Marítima de Australia (AMSA, por sus siglas en inglés) confirmó que recibió 31 “quejas relacionadas con la repatriación de la gente de mar” en virtud del Convenio sobre el Trabajo Marítimo, que otorga a la gente de mar el derecho de abandonar sus tareas, bajarse de la embarcación y regresar en un vuelo a su hogar una vez vencido su contrato. Desde el 1 de marzo de 2020, AMSA solo detuvo una embarcación: el SKS Doyles, un buque petrolero de bandera noruega en el que descubrió que “había 11 marinos con contratos de empleo vencidos”, dijo Crumlin.
El Convenio sobre el Trabajo Marítimo —del que Australia es signataria— establece que la gente de mar puede permanecer embarcada durante un periodo máximo de 11 meses. Debido al coronavirus, los cierres de fronteras y las restricciones al transporte, se ha tornado más difícil realizar los cambios de tripulaciones, así como gestionar los vuelos y otros aspectos de la logística para la repatriación.
La ITF y la comunidad marítima internacional creen que, en todo el mundo, hay más de 200 000 marinos —muchos de los cuales visitan puertos australianos a diario— que continúan trabajando a bordo de los buques a pesar de que sus contratos ya han vencido.
“El cansancio y los problemas de salud mental y física son cada vez más comunes y se necesita una respuesta humanitaria urgente en todo el mundo. Como país insular completamente dependiente del transporte marítimo, Australia debería ocupar un lugar central y el Gobierno federal debe involucrarse”, manifestó Crumlin.
“Es hora de que el Primer Ministro Scott Morrison asuma el control de la situación y trabaje con los Gobiernos estatales y sus organismos de salud a los fines de establecer corredores de repatriación seguros y efectivos para realizar los cambios de tripulaciones internacionales en los puertos australianos”.
“Morrison debe abrirles los ojos a los directivos de AMSA y ordenarles que respondan de manera urgente a la crisis que se agudiza. Hay buenas intenciones en el sector marítimo, pero no hay liderazgo, ni visión ni participación internacional”, afirmó Crumlin.
Dean Summers, coordinador de la ITF en Australia, señaló que AMSA ha estado enviando el mensaje equivocado a la industria marítima al decirles a los armadores que admitiría prórrogas de los contratos de trabajo y aceptaría períodos de servicio de la gente de mar de hasta 14 meses, a pesar de que eso infrinja el Convenio sobre el Trabajo Marítimo, del que Australia es signataria.
“La marea ha borrado la línea que la autoridad reguladora australiana trazó en la arena y la industria está en una crisis que se agrava día tras día. Inmediatamente después de la reelección de Mick Kinley como presidente y director ejecutivo, AMSA anunció que aceptaría que se prorrogaran los contratos hasta 14 meses o incluso más si los armadores prometían repatriar a sus tripulantes después. Eso es inaceptable”, sentenció Summers.
Y agregó: “Parece que la flexibilidad de AMSA no tiene límites ahora que ha extendido los contratos hasta 14 meses utilizando la pandemia de COVID-19 como excusa. Eso deja a Australia en la misma categoría que países como Panamá, que permitió que buques registrados bajo su pabellón mantuvieran a la tripulación a bordo durante 17 meses hasta que cedió a la presión internacional”.
Summers señala que la ITF ha recibido innumerables solicitudes de ayuda de capitanes, jefes de máquinas y tripulantes que se quejan de que sus embarcaciones no son seguras, de que la tripulación está agotada al punto de volverse imprudente y que los accidentes son inminentes.
El jueves, en la cumbre organizada por el Reino Unido, 13 naciones —entre ellas, Estados Unidos, Reino Unido, Dinamarca, Alemania, Arabia Saudita y EAU— acordaron un plan de acción de 7 puntos para facilitar los cambios de tripulación seguros de la gente de mar del mundo, con la participación de la industria de la aviación para llevar a más de 200 000 marinos agotados a su hogar.
Summers simplemente pregunta: “¿Dónde estaba Australia?”
Contacto de prensa: media[at]itf.org.uk | +44 20 7940 9282
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