Un informe oficial revela los enormes riesgos para la seguridad que suponen los gases tóxicos encontrados en los contenedores transportados en buques y los riesgos de contaminación a los que se exponen los trabajadores que diariamente los manipulan, según advierte la Unión Marítima de Nueva Zelanda (MUNZ).
El periódico de Wellington informó el 14 de marzo que el Servicio de Aduanas publicó internamente los resultados de su Informe sobre el Estudio de Riesgos sobre Pesticidas, en mayo de 2012, pero se abstuvo de hacerlos públicos.
Se tomaron muestras de más de 500 contenedores que llegaron al puerto neozelandés de Tauranga y los resultados coincidieron con los hallados en el extranjero. Se encontraron cinco gases muy por encima de los niveles de seguridad en el trabajo, a saber: formaldehído, óxido de etileno, bromuro de metilo, benceno y dibromuro de etileno.
Joe Fleetwood, secretario nacional de MUNZ, el sindicato representante de los trabajadores y trabajadoras que laboran en los muelles y a bordo de los buques y están en contacto directo con los contenedores, afirma: “Este informe revela que hay niveles de toxinas en la mayoría de los contenedores y que uno de cada cinco contenedores no es seguro. En un puerto grande eso podría equivaler a miles de contenedores”.
Fleetwood expresa su preocupación ante los manifiestos de carga ya que puede que no estén reflejando estos peligros correctamente. También se pregunta cómo puede responder el puerto de Tauranga a las conclusiones de este informe, un puerto que se promueve a sí mismo como próspero y eficiente: “¿Qué medidas está adoptando el puerto para proteger a su personal del envenenamiento? ¿Han informado a su personal sobre este informe?”
MUNZ lleva tiempo reclamando la eliminación preventiva del bromuro de metilo, después de que pruebas científicas serias advirtieran sobre la posible relación entre esta sustancia y una enfermedad neuromotriz. Se continúa investigando en este sentido.
Fleetwood reclama una auditoría completa sobre la seguridad de los contenedores y un reforzamiento del plan de salud y seguridad, con la participación de los sindicatos y de los trabajadores sobre el terreno.
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