El 12 de agosto, el Sindicato de Trabajadores del Transporte Marítimo de Ucrania (MTWTU), afiliado a la Federación Internacional de Trabajadores del Transporte (ITF), ayudó a seis marinos ucranianos a regresar a sus hogares después de haber sido timados por un notorio agente de contratación falso.
A principios de julio, 20 marinos ucranianos firmaron contratos de empleo por medio de Artur Kharatyan, un agente de contratación de personal fundador de Kharatyan Crew Management, para prestar servicio a bordo de los buques MV Arif Kaptan y MV Rachel Borchard. Al poco tiempo de haber firmado los contratos, Kharatyan trasladó a las tripulaciones a la ciudad turca de Karasu, donde se suponía que debían incorporarse a los navíos.
Allí los marinos fueron hospedados en un hotel a la espera de comenzar sus nuevas travesías. Pero fue ahí cuando las cosas empezaron a tornarse sospechosas. Pasaban los días y la tripulación no embarcaba. El agente de contratación les decía que el cambio de tripulación estaba a punto de iniciarse y que debían esperar apenas un poco más.
Los días se transformaron en más de una semana, y una semana, en dos. Entonces, de repente, Artur Kharatyan dejó de comunicarse con ellos y apagó su teléfono.
Sin noticias de Kharatyan y en un puerto extranjero, los marinos ucranianos veían como sus problemas iban creciendo. Nadie había pagado por su alojamiento en el hotel, ni la naviera ni el agente de contratación, y al cabo de un tiempo descubrieron que habían acumulado deudas considerables por alojamiento y comida en Karasu. El propietario del hotel retuvo sus pasaportes de viaje a fin de asegurarse de que cancelaran lo adeudado. Los marinos se encontraban, por tanto, atrapados en Turquía.
El primer vicepresidente del MTWTU, Oleg Grygoriuk, señaló que, antes de aceptar un viaje en un barco, los marinos deberían utilizar los diferentes sitios web gratuitos y las aplicaciones móviles disponibles para confirmar la ubicación de las embarcaciones y cerciorarse de que la información que les brindan los agentes de contratación y las compañías navieras coincide con la que está disponible al público.
“A ninguno de los marinos se le ocurrió verificar los buques o su ubicación antes de firmar los contratos y viajar a Turquía. Si hubieran acudido al MTWTU en busca de asesoramiento, les hubiéramos informado de que debían hacerlo”, afirmó Grygoriuk.
“Más tarde, cuando tomamos conocimiento del problema, nuestro sindicato se comunicó con los propietarios de ambos navíos y descubrió que ninguno de ellos tenía vínculo alguno con Kharatyan Crew Management. Increíblemente, el MV Arif Kaptan estaba en dique seco y no operativo ¡desde hacía tres años!”
Grygoriuk dijo que estos marinos no eran las primeras víctimas de este falso agente “sin escrúpulos”.
“Desde hace ya varios años hay un proceso penal en curso contra este estafador de nombre Kharatyan, quien está acusado de extorsionar a marinos y de aceptar sobornos de ellos”, explicó Grygoriuk.
“Lo que es peor aún es que los 20 marinos ucranianos tuvieron que pagar a Kharatyan por la firma de los contratos falsos entre 1500 y 7000 dólares estadounidenses cada uno”.
A principios de agosto, 14 de los marinos regresaron a sus hogares en Ucrania por sus propios medios. Los otros 6 no podían pagar la deuda del alojamiento al propietario del hotel y recuperar sus pasaportes. Es más, muchos no podían pagarse el viaje de regreso desde Turquía.
“Fue entonces cuando el MWTU acudió a la ITF en busca de ayuda”, dijo el primer vicepresidente Grygoriuk.
Oleksandr Dimchev, vicecónsul de Ucrania en Estambul, peleó y consiguió un descuento en la deuda por el alojamiento de los tripulantes.
“Tras abonar lo adeudado, de inmediato recuperamos los pasaportes de los marinos. Les enviamos dinero para comprar alimentos y artículos básicos y les reservamos el siguiente vuelo disponible para volver a sus casas. Dado que la tripulación se había preparado para pasar varios meses en altamar, pagamos el exceso de equipaje y nos aseguramos de que contaran con traslado desde el hotel hasta el aeropuerto de Estambul y desde el aeropuerto Kiev Borýspil hasta Odessa”, detalló Grygoriuk.
Para el 12 de agosto, los seis marinos ya habían regresado a salvo a Odessa desde Karasu.
“Ahora los marinos estafados tienen intención de sumarse a otras más de 50 víctimas del inescrupuloso agente de contratación Kharatyan, para solicitar la ayuda de las autoridades policiales y judiciales para que detengan a este hombre”.
Uno de los tripulantes repatriados, el Capitán Oleg Lunyov, dijo que agradece la asistencia de la ITF, pero aún se siente decepcionado y enojado por la manera en que los marinos fueron estafados por Kharatyan.
“Nuestra tripulación realmente quería trabajar; confiamos en las personas que nos prometieron empleo y nos dieron esperanza en los momentos más difíciles. En nombre de mi desafortunadamente fallida tripulación quiero expresar mi más profunda gratitud a la ITF”, dijo.
“Fuimos testigos de la profesionalidad del equipo de la ITF y del sindicato ucraniano que nos prestaron su ayuda”.
El cocinero Valeriy Rak, otro de los marinos afectados, dijo: “Para ser mi primer viaje, esta fue una experiencia muy mala y amarga, pero ¡qué se le va a hacer! Gracias a la ITF, estamos de vuelta. Queríamos ganar algo de dinero, pero tuvimos mala suerte. Es bastante difícil conseguir empleo en esta época tan complicada; habríamos aceptado cualquier trabajo”.
“Gracias a la ITF por acompañarnos y apoyarnos”, expresó Rak.
La historia de los tripulantes estafados ha tenido una amplia difusión mediática en Ucrania, lo que ha atraído el foco sobre el problema de las estafas a la gente de mar.
A modo de reflexión sobre este caso, Oleg Grygoriuk del MTWTU dijo: “Esperamos que esto sirva para que otros marinos tengan la precaución de corroborar los datos de un posible lugar de trabajo —un buque— antes de ir a cualquier lugar o de confiar en intermediarios sospechosos”.
“Como siempre, contacte con su sindicato. No queremos que los tomen como víctimas o se aprovechen de ustedes. Estamos aquí para ayudarlos”, expresó Grygoriuk.