Se cumplen tres semanas del inicio de una huelga de hambre por parte de marinos de la India, Turquía, Azerbaiyán y Bangladés en el puerto de Shuaiba (Kuwait). La tripulación abandonada del granelero Ula (con número de la OMI 8102414) comenzó la huelga el 7 de enero en un esfuerzo desesperado por abandonar el buque y recuperar más de 400 000 dólares estadounidenses en salarios adeudados.
Seis de los tripulantes ya han sido hospitalizados para estabilizar su presión arterial y niveles de glucemia antes de ser devueltos al buque. Los marinos corren el riesgo de morir si continúan negándose a recibir alimentos.
“Las autoridades de Kuwait deben intervenir de forma urgente para impedir que estos marinos pierdan la vida por estar en huelga de hambre. Si bien el armador catarí y el Estado del pabellón, Palaos, fueron quienes dieron la espalda a los marinos, instamos a Kuwait a que muestre liderazgo en la resolución de esta crisis”, señaló Mohamed Arrachedi, coordinador de la Red del Mundo Árabe e Irán de la Federación Internacional de los Trabajadores del Transporte (ITF).
“La mayoría de la tripulación ha estado en el buque desde hace 14 meses, y algunos tripulantes ya han pasado más de dos años a bordo. Estos marinos solo piden a Kuwait que los sustituya por tripulantes locales para poder regresar a sus hogares”.
La tripulación lleva 11 meses abandonada por el armador catarí del MV Ula, Aswan Trading and Contracting. Aswan figura en la lista negra desde 2017.
La pérdida de puestos de trabajo e ingresos y su abandono no resuelto han obligado a los marinos a actuar para recuperar sus salarios adeudados. Afirman que sus familias no pueden permitirse el lujo de que ellos dejen el buque con las manos vacías.
“Mi madre, mi padre, mi hermana y mi hermano menor dependen de mí desde que mi padre perdió su empleo debido a la pandemia de COVID-19”, explicó un marino a la ITF. “Ahora soy el único que tiene empleo, pero llevo 11 meses sin cobrar mi salario. Obtuvimos un préstamo, pero no podemos pagarlo”.
Cuando se abandona un buque, el Estado del pabellón suele intervenir para preservar la vida de la tripulación y garantizar que se paguen los salarios adeudados.
“Palaos no ha cumplido su tarea”, sostiene Arrachedi. “La ITF denunció en reiteradas ocasiones la falta de provisiones y el impago de salarios, pero no se ha adoptado ninguna medida”.
Palaos canceló la matrícula del buque en septiembre de 2020. El buque sigue sin tener bandera, y las reivindicaciones de la tripulación aún no se han resuelto.
“Dado que el buque actualmente no tiene bandera, corresponde a las autoridades marítimas de Kuwait resolver la situación. Kuwait tiene la responsabilidad jurídica y moral de salvar a esos marinos mientras haya tiempo. Como siempre, la ITF está alerta para prestar ayuda en todo lo posible”, señaló Arrachedi.
FIN
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