Ryanair anunció esta semana un recorte de hasta 900 puestos de trabajo y justificó su decisión por los retrasos en la entrega de los aviones Boeing 737 MAX 8 —debido a su mal funcionamiento—, el aumento de los precios del combustible, la reducción de las tarifas y la perspectiva de un Brexit sin acuerdo.
A los dirigentes sindicales no les convencen estas justificaciones para eliminar puestos de trabajo. Dada la proyección de crecimiento del volumen de pasajeros ofrecida por la propia compañía aérea —un 3 % en los próximos 12 meses—, Ryanair puede mantener su plantilla actual y hacer frente a cualquier repercusión negativa a través de la rotación de su personal. De hecho, la empresa sigue publicando regularmente ofertas de trabajo. Los sindicatos creen que la verdadera razón del anuncio podría ser un intento oportunista de socavar la negociación colectiva.
Stephen Cotton, secretario general de la Federación Internacional de los Trabajadores del Transporte (ITF), afirma: “Ryanair se presenta ahora como una compañía sindicalizada, pero estas amenazas de recortes de personal nos hacen cuestionar si realmente lo es. Nos parece preocupante que estos recortes se anuncien coincidiendo con la votación a favor de la huelga de los pilotos del Reino Unido e Irlanda. El año pasado, Ryanair lanzó amenazas similares como respuesta a la huelga convocada por los pilotos en Irlanda. Parece que la aerolínea está volviendo a utilizar amenazas para socavar el derecho a la huelga”.
El año pasado, Ryanair recurrió a tácticas para eludir a los sindicatos en Polonia, en respuesta a la creación de un nuevo sindicato de tripulantes de cabina. Obligó a toda la tripulación a firmar contratos de trabajo por cuenta propia y de esta forma consiguió excluirla de muchos aspectos de la representación sindical. Basándose en esto, se negó a hablar con el sindicato.
Ryanair ha modificado recientemente su estructura corporativa, y ahora el grupo se compone de cinco aerolíneas diferentes. La compañía afirma que las diferentes compañías aéreas tendrán que competir entre sí por aviones y, por lo tanto, por puestos de trabajo. Los sindicatos creen que las mejoras en los salarios y las condiciones laborales que tanto ha costado conseguir se ven ahora amenazadas por los intentos de Ryanair de intimidar a sus trabajadores con la incertidumbre laboral.
La semana pasada, la ITF y la Federación Europea de Trabajadores del Transporte (ETF) escribieron a O’Leary para pedir que los trabajadores tengan representación en el consejo de administración de la empresa. En otras compañías se ha demostrado que esta representación protege las normas laborales y garantiza que cualquier propuesta de reducción de puestos de trabajo sea debidamente examinada y negociada.
Livia Spera, secretaria general de la ETF, afirma: “Ryanair no ha aceptado todavía que no puede seguir gestionando unilateralmente la empresa sin que sus trabajadores y trabajadoras y los sindicatos que los representan le pidan que rinda cuentas. En repetidas ocasiones nos hemos ofrecido a reunirnos con la compañía y discutir su futuro, y esta oferta sigue abierta si Ryanair quiere comprometerse seriamente a solucionar los problemas actuales y futuros de sus relaciones laborales”.
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