Australia es el único miembro de la Agencia Internacional de la Energía (IEA) que no cumple con la obligación de contar con 90 días de suministro de combustible líquido. El parlamento ha aprobado un proyecto de ley a efectos de garantizar que Australia cumple con esta obligación antes de 2026, pero esto depende en parte de que otros países faciliten petróleo en su nombre.
La MUA y otras organizaciones sindicales llevan tiempo advirtiendo de que reducir el suministro de combustible pone en peligro la seguridad de Australia y han instado al gobierno a que actúe.
El secretario nacional de la MUA, Paddy Crumlin, manifestó: “El gobierno ha permitido que cierren las refinerías y ha permitido reducir a cero el número de petroleros con tripulación australiana que suministran combustible al país bajo su mandato. Al mismo tiempo, el número de refinerías se ha visto reducido a la mitad, quedando solamente cuatro, lo que significa que ahora importamos más del 90% de nuestro combustible y la cifra continúa aumentando.
“Introducir un gravamen al combustible de uno o dos céntimos por litro con el fin de garantizar la seguridad y el suministro de combustible en el caso de que ocurra una catástrofe global parece un pequeño precio a pagar a cambio de nuestra traquilidad”.
La coordinadora marítima de la ITF, Jacqueline Smith, manifestó que la ITF respaldó el llamamiento a actuar que realizó la MUA dada la convincente evidencia que señala que una alteración significativa del suministro de combustible tendría consecuencias graves para la distribución de alimentos, medicinas y vehículos familiares en todo el territorio australiano.
A la MUA le gustaría que el gobierno aumente el número de refinerías australianas, y que buques con tripulaciones australianas transporten el combustible por toda la costa.
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