Aunque durante mucho tiempo Ryanair ha dejado una estela de pésimas relaciones laborales, en los últimos dos años ha comenzado a entablar relaciones más constructivas con su personal y los sindicatos, y ha firmado convenios de trabajo que cubren a dos tercios de sus empleados. La ITF y la ETF creen que el siguiente paso hacia el establecimiento de unas relaciones laborales sostenibles pasa por que los representantes elegidos por las trabajadoras y los trabajadores de Ryanair ocupen un lugar en la sala de juntas.
El secretario general de la ITF, Stephen Cotton, y la secretaria general de la ETF, Livia Spera, han escrito hoy a Michael O’Leary para presentarle esta propuesta y ofrecerse a ayudar en el proceso de elección de los tres nuevos puestos. Debería tener derecho a voto todo el personal: pilotos, tripulantes de cabina, de tierra y demás personal de todas las filiales de Ryanair.
Como empresa que cotiza en la bolsa irlandesa, Ryanair está sujeta al Código de gobernanza corporativa del Reino Unido. El año pasado se revisó el código para incluir disposiciones relativas a la representación de los trabajadores en los consejos de administración de las empresas —la primera vez que se aplican estas medidas a las empresas británicas e irlandesas—. En otras jurisdicciones en las que opera Ryanair, como Alemania, esta norma de gobernanza corporativa lleva mucho tiempo aplicándose en toda la economía.
El cumplimiento de estas medidas por parte de Ryanair es especialmente importante ahora, ya que está llevando a cabo una reestructuración corporativa en la que un único holding supervisará cinco filiales con operaciones en Europa que se solapan. Los puestos en el consejo de administración de los trabajadores y las trabajadoras contribuirán a garantizar la estabilidad y la continuidad de las normas laborales en todo el grupo.
Stephen Cotton afirmó: “El nombramiento de directores elegidos por los trabajadores permitiría a Ryanair dar un importante paso adelante para sanear sus problemáticas relaciones laborales, al tiempo que se ajusta a los requisitos de la gobernanza corporativa. Tendría la ventaja añadida de aumentar potencialmente la diversidad internacional del consejo de administración de la compañía, en el que diez de los 12 miembros actuales son ciudadanos irlandeses”.
Por su parte, Livia Spera manifestó: “En los últimos dos años hemos visto la transición de Ryanair de un empleador virulentamente antisindical a uno que ha comenzado a trabajar productivamente con —y no en contra de— sus trabajadores y los sindicatos que los representan. Ryanair tiene ahora la oportunidad de adoptar un modelo de gobernanza corporativa que ha demostrado, en toda Europa, conducir a negocios exitosos y sostenibles”.
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