Son 11 086 kilómetros los que separan São Sebastião (Brasil) de la capital de Ucrania, Kiev. El inspector de la ITF Renialdo de Freitas está trabajando para que 16 marinos ucranianos vuelvan a recorrer esa distancia de regreso a sus hogares… y con sus salarios.
Estos marinos son los tripulantes del buque de bandera panameña Srakane, que lleva fondeado en el Canal de São Sebastião desde hace más de tres semanas. Los marinos quieren volver a casa y que su empleador les pague los salarios pendientes antes de abandonar el barco. Se les adeudan colectivamente más de 180 000 dólares.
El barco llegó a Brasil a principios de junio procedente de Marruecos, haciendo escala en varios puertos antes de echar el ancla en São Sebastião. La tripulación se negó a seguir adelante hasta recibir sus salarios, que llevan sin percibir al menos siete meses. El capitán lleva sin cobrar cuatro meses, y un miembro de la tripulación lleva casi un año.
Durante este tiempo de dificultades económicas debido al COVID-19, era más importante que nunca que las tripulaciones de las naciones proveedoras de mano de obra, como Ucrania, recibieran sus salarios para poder enviarlos a sus seres queridos, explica Nataliya Yefrimenko, inspectora de la ITF con sede en Ucrania.
“Marinos como los que trabajan a bordo del Srakane dejaron a su familia y su hogar para pasar meses trabajando en alta mar, con la promesa de sus empleadores de que se les pagaría regularmente y serían repatriados cuando terminaran sus contratos. Ahora está claro que su empleador está incumpliendo sus obligaciones, lo cual tendrá graves repercusiones para las familias que viven en su país de origen y que dependen de esos salarios. No tienen un estado de bienestar al que recurrir; las familias necesitan estos ingresos”, indicó Yefrimenko.
Como el armador del buque de pabellón panameño se declara incapaz de pagar los salarios adeudados a la tripulación, o de cubrir los gastos de repatriación, las condiciones de vida a bordo se están deteriorando. Un medio de comunicación brasileño informaba:
Con el clima tenso a bordo, los trabajadores también se quejaban de que el capitán del barco, de nacionalidad croata, los amenazaba constantemente para que no denunciaran.
Hubo una denuncia por falta de suministros a bordo mientras el navío permaneció fondeado durante casi un mes en el puerto de Salvador de Bahía, aguardando instrucciones para seguir al siguiente destino.
Un tripulante [primer oficial] lanzó una petición de socorro a las autoridades brasileñas, alegando haber sido agredido por el capitán del navío. Posteriormente, los tripulantes lanzaron otra petición de socorro, esta vez alegando que se acababa el suministro de agua y comida.
Se estima que la situación de los tripulantes es grave y que necesitan ayuda humanitaria… Hay riesgo de huelga o motín a bordo.
A raíz de noticias como estas y de las quejas de la tripulación, las autoridades laborales brasileñas pasaron a la acción, subieron a bordo y obligaron al fletador, Seachios Ltd, a proporcionar agua fresca y alimentos a la tripulación. Las autoridades también se encargaron de que la tripulación recibiera asistencia médica y dental. Una vez satisfechas sus necesidades básicas más inmediatas, la atención de los tripulantes se dirigió a recuperar sus salarios y regresar a casa.
El inspector de la ITF Renialdo de Freitas, que vive a cuatro horas en auto de donde está fondeado el buque, explicó que, como el armador incumplió su obligación de abonar los salarios adeudados en el plazo que la ITF le había fijado, la organización presionó para que las autoridades embargaran la embarcación.
Como resultado de la acción de la ITF, un fiscal federal del trabajo de Brasil inició actuaciones judiciales contra el gerente del buque en la Corte Regional del Trabajo de São Sebastião y solicitó el embargo del buque hasta que se pagaran los salarios pendientes.
Desde que las autoridades iniciaran el procedimiento contra los diversos armadores, gerentes y fletadores del buque, el apoyo de la ITF ha sido clave. De Freitas ha ayudado al fiscal con los detalles del caso, por videoconferencia, mientras trabaja en otros frentes para lograr el pago de los salarios de la tripulación.
Aunque parece cada vez menos probable que el armador del buque vaya a pagar los salarios adeudados a la tripulación, el fiscal ha iniciado los trámites para reclamar los salarios a Seachios Ltd, la compañía que negoció el flete de la embarcación a Brasil. De este modo, Seachios Ltd sería responsable de recaudar el dinero de los inversores para pagar los salarios pendientes y las repatriaciones.
“Es una buena señal que Seachios Ltd haya aceptado la propuesta del fiscal. Esperamos que esta situación se pueda solucionar para el final de la semana, por cualquiera de los dos métodos”, declaró Renialdo de Freitas.
“El barco está registrado en el Hanseatic P&I Club como aseguradora financiera. Estoy trabajando con la tripulación para reclamar el abandono, el mantenimiento, la repatriación y el pago de salarios atrasados. Estamos intentando por todas las vías posibles que estos marinos consigan sus salarios y billetes de vuelta a Europa”.
“El COVID-19 ha supuesto la interrupción de las rutas comerciales y ha aumentado la probabilidad de que algunas empresas no sobrevivan a esta pandemia. Para la tripulación, eso podría dificultar aún más el cobro de los salarios adeudados. Espero que todo se resuelva bien para la tripulación del Srakane”, añadió de Freitas.
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