Como vimos cuando el reciente apagón tecnológico afectó al sector de la aviación, los trabajadores y las trabajadoras son quienes toman las riendas cuando falla la tecnología. Sabemos que esto ocurre con frecuencia entre bambalinas, incluso cuando se emplea a menos trabajadores debido a una supuesta menor necesidad. El apagón demuestra que los beneficios a corto plazo de la tecnología conllevan un costo cuando se implementa a toda velocidad en un intento por resolver problemas operacionales. Sin una evaluación suficiente de cómo se está implementando la tecnología, la excesiva dependencia de la industria significa que es probable que incidentes como estos se conviertan en algo habitual que cueste millones, afecte a la vida cotidiana e interrumpa los vuelos de pasajeros.
La Federación Internacional de los Trabajadores del Transporte (ITF) considera que la tecnología puede ser una solución para construir una industria de la aviación más segura, eficiente y resistente. Pero eso no sucederá si quienes hacen el trabajo y tienen los conocimientos necesarios quedan fuera de la toma de decisiones.
El incidente que afectó a los servicios en la nube de CrowdStrike y Microsoft provocó un colapso mundial de las operaciones de aviación. Se suspendieron vuelos y se paralizaron aeropuertos, lo que provocó trastornos generalizados que dejaron varados a los pasajeros. El personal intervino para subsanar las deficiencias en la medida de lo posible, incluso escribiendo a mano las tarjetas de embarque para que los pasajeros pudieran volar. El incidente evidenció la vulnerabilidad del sector de la aviación ante los fallos tecnológicos y puso de relieve la necesidad crítica de contar con procesos de toma de decisiones sólidos que incluyan a los trabajadores y las trabajadoras en el desarrollo y la implementación de la tecnología.
La tecnología en los aeropuertos y sus repercusiones para el personal
Un reciente informe encargado por la ITF analiza cómo las nuevas tecnologías están transformando la industria de la aviación. Los aeropuertos de todo el mundo están adoptando la automatización, la inteligencia artificial y las herramientas digitales a pasos agigantados para agilizar sus operaciones. Sin embargo, estos avances se producen a menudo a expensas de los derechos laborales y la calidad del empleo, y, cuando estos sistemas fallan, provocan importantes retrasos y trastornos, como se observó recientemente.
Las principales conclusiones de nuestro informe revelan que, aunque la tecnología puede aliviar la carga de trabajo y mejorar la seguridad, a menudo se introduce sin tener en cuenta sus efectos negativos. Los trabajadores y las trabajadoras de las operaciones de seguridad, la asistencia a pasajeros y el manejo de equipajes son los más afectados, ya que afrontan una mayor carga de trabajo, más agresiones por parte de los pasajeros y una mayor vigilancia.
El fallo de Microsoft y CrowdStrike es un importante recordatorio de que los avances tecnológicos en el sector de la aviación deben abordarse con cautela y previsión. El caos que provocó ejemplifica los riesgos de excluir a los trabajadores y las trabajadoras de la toma de decisiones sobre la tecnología. Cuando la fuerza laboral no participa, se pasan por alto perspectivas fundamentales sobre la resistencia operacional y la gestión de riesgos. Nuestro informe subraya que es esencial que haya un diálogo significativo con el personal y los sindicatos, lo que incluye realizar evaluaciones del impacto laboral y garantizar la estabilidad del empleo, su calidad y el desarrollo de aptitudes.
El presidente de la Sección de Aviación Civil de la ITF, Edgardo Llano, afirma: “Son los trabajadores y las trabajadoras quienes mantienen el mundo —y la aviación— en movimiento. Son quienes mantienen a salvo a los pasajeros y los llevan a sus destinos. La tecnología puede ayudar en este sentido, pero no es una panacea: no puede imponerse para solucionar todos los problemas que los sindicatos ven que existen en el sector.
Principios para la introducción de nuevas tecnologías
Para mitigar los efectos adversos del cambio tecnológico, nuestro informe expone varios principios:
- Enfoque colaborativo: involucrar a todas las partes interesadas, sobre todo los sindicatos, en el proceso de toma de decisiones
- Evaluaciones del impacto laboral: evaluar los efectos potenciales de las nuevas tecnologías sobre el empleo y los derechos laborales antes de su implementación
- Compromiso con la estabilidad del empleo: garantizar que la tecnología no provoque la pérdida de puestos de trabajo o el deterioro de su calidad
- Formación y desarrollo de aptitudes: proporcionar formación adecuada a los trabajadores y las trabajadoras para que se adapten a las nuevas tecnologías
- Controles sobre la vigilancia: regular el uso de las tecnologías de vigilancia para proteger la intimidad de trabajadores y pasajeros
Desde la ITF defendemos la negociación colectiva y una reglamentación eficaz para crear un futuro en el que las nuevas tecnologías impulsen el progreso a fin de mejorar los puestos de trabajo, aumentar la calidad de vida del personal y permitir una mejor toma de decisiones que ayude a abordar cuestiones sociales críticas como la descarbonización.
Juntos podemos garantizar que el futuro del trabajo sea justo, inclusivo y resistente.
El informe completo puede consultarse aquí.