El 13 y 14 de mayo, el FPC aprobó una moción condenando la destrucción de empleos en BP —que sustituyó a 36 tripulantes de nacionalidad australiana de su petrolero British Loyalty por mano de obra extranjera barata y procedió a cerrar una de las principales proveedoras de petroleo locales de la costa oriental—. El FPC advirtió que estas medidas convierten al país en peligrosamente dependiente de proveedores extranjeros y aboga por una reunión de alto nivel con BP para reclamarle que el British Loyalty y su actual tripulación sean transferidos para encargarse del cabotaje de carga de BP.
Por otro lado, Chevron está en la mira para poner de relieve su historial antilaboral y antisindical en Australia accidental, ahora que la compañía está penetrando en la industria neozelandesa. El FPC condenó la incesante campaña de Chevron para minar los salarios, las condiciones laborales y los derechos de los trabajadores y trabajadoras y por explotar a la mano de obra tanto australiana como extranjera, en su anhelo de mayores beneficios. El FPC pidió a Chevron que se comprometa de mantener con la Unión Marítima de Australia (MUA) unas relaciones a largo plazo que respeten los derechos laborales, los salarios y las condiciones, además del derecho de este sindicato representar a los trabajadores y trabajadoras.
El 11 de mayo, antes de las reuniones del FPC, el presidente de la ITF y secretario nacional de MUA, Paddy Crumlin, declaró la isla australiana de Barrow “puerto de conveniencia”, por el historial antisindical de Chevron. La ITF y la Unión Marítima de Nueva Zelanda (MUNZ) convocaron una protesta multitudinaria ante el consulado de Nueva Zelanda en Perth, el 12 de mayo, y entregaron una carta de Crumlin al gobierno neozelandés, detallando las cuestiones que preocupan a los trabajadores.
El secretario nacional de MUNZ, Joe Fleetwood, afirma: “Estamos a favor de las perforaciones responsables, con normas de seguridad estrictas, pero no apoyamos que entren a nuestra industria compañías con pésimo historial medioambiental y una agenda que atenta contra los trabajadores”.
El presidente de la ITF, Paddy Crumlin, comentó que las acciones de esta semana pretenden alertar a Nueva Zelanda sobre el historial de Chevron, con quien los trabajadores y trabajadoras de Australia tienen experiencia de primera mano.
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