Presidente, compañeros y compañeras: les agradezco la oportunidad que me han brindado de dirigirme a ustedes hoy. Soy Stephen Cotton, secretario general de la Federación Internacional de los Trabajadores del Transporte (ITF).
En primer lugar, en nombre de casi 18,5 millones de trabajadores y trabajadoras del transporte de todo el mundo, quiero felicitarles por celebrar con éxito otra edición de la Conferencia Internacional del Trabajo (CIT) y dar las gracias a todas las personas que han trabajado arduamente entre bastidores para garantizar que así sea.
También me gustaría agradecer a Gilbert Houngbo, director general de la OIT, su visión y liderazgo desde que asumió el cargo el pasado mes de octubre.
Nuestro mundo está actualmente en crisis, y debemos unirnos para superarla. A la recuperación pos‑COVID-19 le han seguido una elevada inflación, una crisis del costo de la vida, conflictos políticos y desastres naturales.
Pese a todas estas crisis, los trabajadores y las trabajadoras del transporte mantienen el mundo en movimiento, transportando a millones de pasajeros cada día y velando por que la comunidad mundial reciba los suministros y productos básicos que necesita.
No obstante, observamos una escasez de trabajo decente en el sector del transporte y en la economía mundial: los lugares de trabajo son cada vez más inseguros, el empleo es cada vez más precario, el nivel de vida se está deteriorando, y los derechos en el lugar de trabajo —incluido el derecho fundamental a la huelga— están siendo atacados.
Tenemos la responsabilidad colectiva de crear mejores lugares de trabajo, en los que se garanticen unas protecciones laborales inclusivas y efectivas a toda la mano de obra.
El debate general sobre una transición justa, basado en las directrices de la OIT al respecto, se produce en un momento crucial. La justicia climática es indisociable del progreso social.
La descarbonización de todos los medios de transporte debe ser rápida, segura y justa para los trabajadores y las trabajadoras y para las comunidades, y debemos proteger a la mano de obra frente al empeoramiento de las realidades climáticas: debe haber una transición justa.
Una transición justa se basa en el poder de la fuerza laboral. Los trabajadores y las trabajadoras deben tener voz y voto en todos los asuntos y las decisiones relacionados con las repercusiones del cambio climático y la protección de las normas laborales.
Los Gobiernos, los empleadores y los trabajadores y las trabajadoras deben planificar activamente el abordaje del desafío que supone el cambio climático con planes de transición justa para el sector del transporte en su conjunto.
En la COP27, el Grupo de Trabajo Marítimo de Transición Justa de la ITF, la Cámara Naviera Internacional (ICS), la Organización Marítima Internacional (OMI) y la OIT publicó un informe en el que se expone que más de 800 000 marinos y marinas necesitarán una reconversión laboral para mediados de la década de 2030 para poder cumplir el objetivo de aumento de temperatura previsto en el Acuerdo de París.
El plan de acción de diez puntos sobre la formación de la gente de mar pretende que no se impongan cargas adicionales a los marinos y marinas. En el transporte de pasajeros, necesitamos que haya una inversión pública importante en el transporte público, así como un cambio modal hacia él, para reducir las emisiones, potenciar el crecimiento económico, crear nuevos empleos verdes y superar las desigualdades.
Los Gobiernos, los empleadores y los trabajadores y las trabajadoras no tienen otra alternativa que colaborar para lograr un cambio con la magnitud y la velocidad que necesita nuestro planeta. Debemos seguir aportando colectivamente al progreso que hemos conseguido hasta ahora para hacer realidad la transición justa.
También acogemos con satisfacción las discusiones sobre la elaboración de normas relativas a unos aprendizajes de calidad. Se calcula que la juventud trabajadora representa solo en torno al 10 % de la fuerza laboral del transporte mundial.
El sector del transporte no está contratando y reteniendo a jóvenes trabajadores y trabajadoras a la velocidad que necesitamos. La juventud trabajadora debe tener una perspectiva clara de desarrollo profesional hacia unos empleos de calidad, seguros y altamente cualificados. Esto implica promover el empleo juvenil, los aprendizajes de calidad, la transición del sistema educativo al mundo laboral, la capacitación y el perfeccionamiento profesional, y una transición del trabajo informal al formal.
Asimismo, aplaudimos a la Conferencia por tomar medidas decisivas en relación con las violaciones reiteradas y flagrantes de las normas internacionales del trabajo por parte de los Estados.
No podemos olvidar la importancia crítica del sistema de control de la OIT, incluida la Comisión de Aplicación de Normas de la Conferencia, a la hora de velar por que los Estados implementan los convenios que ratifican.
Ahora que un entorno de trabajo seguro y saludable es un principio y derecho fundamental en el trabajo, debemos aprovechar este impulso para hacer realidad la salud y la seguridad para todos los trabajadores y las trabajadoras del transporte y exigir responsabilidades a los empleadores negligentes.
Hemos forjado poderosas alianzas incluso en medio de crisis mundiales. Las recomendaciones del Grupo de Acción Conjunta de la OIT, la OMS y la ITF, adoptadas en enero de 2023, sientan un firme precedente en relación con las medidas necesarias para proteger a los trabajadores y las trabajadoras del transporte frente a futuras emergencias sanitarias.
Por último, queremos reafirmar nuestro compromiso con la implementación del C190. Si bien varios Gobiernos han ratificado ya este convenio, aún queda mucho por hacer tanto con los Gobiernos como con los empleadores.
Gracias.