La huelga de cinco semanas realizada en Noruega contra Foodora ha concluido con el primer convenio colectivo firmado entre una plataforma digital mundial de reparto de comida y un sindicato.
El 27 de septiembre de 2019, el sindicato Fellesforbundet y la compañía Foodora llegaron a un acuerdo que incluye un aumento salarial anual de 1.500 euros para los repartidores (riders) que trabajan a tiempo completo. Además, el convenio colectivo garantiza a estos empleados y empleadas de Foodora una prestación de invierno y una compensación por el uso de equipos en el trabajo, como bicicletas, ropa y smartphones.
La huelga comenzó el 20 de agosto, tras una ruptura de las negociaciones, y fue secundada por 105 riders en Oslo. Durante las cinco semanas siguientes, el número de huelguistas se duplicó, y el paro se extendió a Trondheim. Foodora da trabajo a unos 600 repartidores a tiempo completo y a tiempo parcial en Noruega.
Lars Johnsen, de Fellesforbundet, declaró: “Conectamos con la ciudadanía y conseguimos que la opinión pública estuviera de nuestro lado. Los riders organizaban todos los días excursiones en bicicleta, ofrecían reparaciones gratuitas de bicis y montaron un comedor popular para promover el diálogo. Las redes sociales se convirtieron también en una herramienta esencial de comunicación.
“Aunque se trata de un nuevo acuerdo, basado en el sistema de concesiones salariales de Foodora, el convenio incorpora muchas cláusulas que son estándar en los convenios colectivos de trabajo vigentes, como un aumento salarial anual y disposiciones sobre jubilación anticipada. Usaremos sin duda este acuerdo como modelo para negociar con las empresas que compiten con Foodora”.
Stephen Cotton, secretario general de la ITF, felicitó a los trabajadores y las trabajadoras: “Es fantástico lo logrado por estos riders. Sirve de inspiración para otros trabajadores y trabajadoras que se enfrentan a problemas similares.
“Las empresas como Foodora quieren que creamos que son la vanguardia de la tecnología y que están definiendo un nuevo y brillante futuro del trabajo. Pero sabemos que, con demasiada frecuencia, sus prácticas laborales suponen una involución hacia un pasado que creíamos haber cambiado mediante acciones sindicales contundentes. Corresponde a sus trabajadores organizarse y rechazar este modelo para ganarse el respeto y los derechos que se merecen, y la ITF estará ahí para apoyarlos”.
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