La inminente elección de la próxima persona encargada de dirigir la Secretaría General de la OCDE decantará la balanza hacia un futuro económico más inclusivo o hacia una mayor desigualdad, indignación y desesperación en la población mundial.
Global Unions ha valorado la década de liderazgo que la OCDE ha ofrecido a sus países miembros: el reconocimiento de la desigualdad, declarada riesgo mundial, el protagonismo de la emergencia climática para lograr una transición justa, el fomento de una conducta comercial responsable mediante directrices de diligencia debida y un mecanismo de denuncia para combatir las violaciones de los derechos humanos y laborales, y normas de fiscalidad justa, con la eliminación de los paraísos fiscales y un tipo de interés preferencial para el impuesto de sociedades, como aspectos fundamentales para construir un futuro más justo.
Del mismo modo, muchos otros ámbitos políticos esenciales han exigido un liderazgo reflexivo, como por ejemplo la inversión en el empleo, digitalización y privacidad, educación y competencias, igualdad de género, cooperación para el desarrollo, salarios y protección social universal, así como la diligencia debida obligatoria.
La elección del cargo debe propiciar el progreso urgente en estas y otras reformas económicas, sociales y ambientales necesarias, que son fundamentales para construir un futuro mejor basado en el crecimiento inclusivo. Sería extremadamente perjudicial regresar a una ortodoxia mundial del crecimiento a cualquier precio.
Los mejores indicadores para adoptar esta decisión tan vital radican en la trayectoria de las candidaturas.
De las cuatro candidaturas, tres han ostentado altos cargos ministeriales, Mathias Cormann, Anna Diamantopoulou y Cecilia Malmström. Durante los últimos 25 años, los secretarios generales titulares de la OCDE han ocupado previamente puestos de ese tipo. El cuarto candidato, Philipp Hildebrand, posee experiencia en bancos centrales y en la sociedad de gestión de activos Blackrock.
De los tres antiguos ministros, Mathias Cormann, ha formado parte de un Gobierno que se ha opuesto a la acción climática, ha perpetrado ataques a los salarios, los derechos de las trabajadoras y los trabajadores y la protección social, ha puesto en marcha medidas de tributación regresiva en favor de los ricos y el sector empresarial, y ha llevado la inversión en investigación y desarrollo hasta mínimos históricos.
Ese no puede ser el futuro promovido por la nueva persona al frente de la OCDE, de lo contrario, la confianza en esta institución multilateral se desintegrará tal y como ha sucedido en la OMC y las instituciones financieras internacionales.
La elección de la persona encargada de liderar la OCDE es de vital importancia, por eso pedimos a los Gobiernos de los países miembros de la OCDE que se decanten por una candidatura que sitúe a las personas, el planeta y la prosperidad común en el centro de la política económica.
Stephen Cotton
Presidente, Consejo Global Unions
Secretario general, ITF
Sharan Burrow
Secretaria, Consejo Global Unions
Secretaria general, CSI
Christy Hoffman
Vicepresidenta, Consejo Global Unions
Secretaria general, UNI Global Union
David Edwards
Secretario general, IE
Valter Sanches
Secretario general, IndustriAll
Ambet Yuson
Secretario general, ICM
Foto: OCDE