Una delegación de sindicalistas de todo el mundo asistió a la asamblea general de accionistas del grupo National Express a fin de interpelar a la empresa acerca de sus actividades antisindicales en Marruecos e inquirir por qué no se aplica allí el modelo de buenas relaciones que existe en otros países.
Katie Finn y Jim Glimco (Teamsters, EE. UU.) comunicaron a la asamblea que la empresa ha mejorado las relaciones en Norteamérica mediante la firma de un memorando de entendimiento con el sindicato, pero que estos avances se han visto enturbiados por el comportamiento reciente de Alsa, una de sus filiales, en Marruecos.
En febrero de este año, Alsa inició en Tánger una campaña concertada de persecución de los activistas de la Unión Marroquí del Trabajo (UMT), sindicato afiliado a la ITF. Entre las medidas tomadas por la empresa se encuentra el despido del secretario general de la oficina de la UMT de Alsa en Tánger, Jamal Al Sharfi, así como los actos de intimidación y soborno a los que se han visto sometidos otros trabajadores con el fin de que abandonen el sindicato.
La delegación presente en la asamblea incluyó también a José Antonio Naranjo Burcio (CC. OO., España), James Mitchell (Unite, Reino Unido) y Lauren Usher (ITF), que preguntaron a la empresa acerca de la disparidad en el trato que reciben los trabajadores marroquíes con respecto a los de Europa y Norteamérica.
Los activistas hablaron directamente con directivos de National Express en el transcurso de la asamblea celebrada en Birmingham (Reino Unido), donde la empresa aseguró que desea mantener buenas relaciones con la UMT en Marruecos y se comprometió a facilitar el diálogo.
Post new comment