La victoria que ha conseguido el sindicato que representa al personal del tránsito aéreo en Argentina se debe a las movilizaciones sindicales que planificó con detenimiento y al apoyo internacional generalizado.
La Asociación Técnicos y Empleados de Protección y Seguridad a la Aeronavegación (ATEPSA), afiliada a la ITF, ha logrado considerables aumentos salariales y una mayor estabilidad laboral para el personal del tráfico aéreo de Argentina. Esto ha sido posible pese a la feroz oposición antisindical por parte de EANA, la empresa estatal que presta los servicios de tránsito aéreo en el país.
El COVID-19 ha sometido al sector de la aviación —EANA incluida— a una enorme presión, puesto que los vuelos se han reducido y los ingresos caído. No obstante, es sumamente difícil y arriesgado reducir los costos en el control del tránsito aéreo sin que eso afecte a la seguridad. Mientras tanto, los análisis predicen una tasa de inflación de más del 50 % en el país este año, lo que supone que la congelación salarial es, en realidad, un grave recorte salarial.
“Estos trabajadores y trabajadoras son responsables de la vida de miles de personas y de millones de pesos en mercancía”, afirmó Jonathan Doino, secretario general de ATEPSA. “Son fundamentales para la seguridad aérea y, sin embargo, se han visto en la tesitura de no poder alimentar a sus familias”.
El conflicto llegó a su punto álgido cuando EANA despidió a varias personas sin causa justificada y sin aviso, una acción que el sindicato consideró beligerante. La empresa aludió a cuestiones disciplinarias de hacía varios años, en un intento de acosar a los activistas.
“En este tipo de situación con tanta presión acumulada, es habitual que el personal reaccione y se ponga hecho una furia”, declaró Gabriel Mocho Rodríguez, secretario de la Sección de Aviación Civil y Servicios Turísticos de la ITF, que añadió: “Pero eso no es lo más sensato. Si la movilización es demasiado contundente, el Gobierno puede declararla huelga ilegal y obligar a la plantilla a que vuelva al trabajo”.
En este caso, ATEPSA planificó detenidamente su respuesta y seleccionó vuelos privados y de transporte de carga aérea en lugar de vuelos de aerolíneas comerciales. Las huelgas solían durar unas horas únicamente. Hubo una sola huelga de 24 horas. El enfoque fue sumamente ético para que los vuelos que transportaban suministros médicos o esenciales de otro tipo no se vieran afectados.
“Aunque este concepto puede haber necesitado más tiempo que una huelga total, resultó muy efectivo y llevó a EANA a la mesa de negociación con un talante más abierto”, señaló Gabriel Mocho, que concluyó: “Una estrategia astuta logró la victoria”.
Durante 18 días de movilizaciones, se retrasaron 20 aviones de carga, lo cual influyó en 800 toneladas de mercancía valorada en un millón de dólares. Además de eso, se vieron afectados 1600 vuelos de aviación general y se tuvieron que modificar las fechas de 74 vuelos comerciales nacionales. El sindicato explicó la postura poco razonable de EANA al pueblo argentino a través de campañas de prensa y en las redes sociales.
“La herramienta más poderosa es una fuerza laboral unida y su voluntad de ejecutar y apoyar el plan”, declaró Jonathan Doino, que añadió: “Las herramientas digitales nos han permitido comunicarnos, incluso durante la peor parte de la pandemia, así que hemos podido mantener nuestra unión y el carácter democrático del sindicato”.
El acuerdo que ATEPSA ha conseguido sacar adelante con EANA contempla:
- La reincorporación del personal despedido;
- Una mayor estabilidad laboral para 600 trabajadores y trabajadoras (el 30 % de la fuerza laboral) que no tenían contratos fijos, y las mismas condiciones para cualquier persona que se incorpore por primera vez a la empresa;
- El pago de los salarios atrasados y de las primas correspondientes a 2020 para compensar la falta de aumento salarial por la elevada tasa de inflación de este país;
- Aumentos salariales graduales durante 2021 y en 2022 (que represente un incremento del 45 %) con una cláusula que prevea una renegociación en diciembre de este año;
- Un nuevo sistema disciplinario que obligue a abordar los problemas de forma justa e inmediata;
- El acuerdo para permitir la participación sindical en las negociaciones de salarios y condiciones;
- El acuerdo para aplicar el Convenio 190 de la OIT, con objeto de proteger a las mujeres y demás colectivos de la violencia en el trabajo.