Hoy, Día Mundial del Sida (1 de diciembre), la Federación Internacional de los Trabajadores del Transporte (ITF) exhorta a todas las partes integrantes de la industria del transporte a mantener el foco en la prevención del VIH durante la pandemia de COVID-19 y a no dejar que se pierdan los logros obtenidos hasta ahora con tanto esfuerzo.
El lema del Día Mundial del Sida 2021, "Acabar con las desigualdades. Poner fin al sida", incide en llegar a las personas que se quedaron atrás. La ITF respalda esta importante misión para poner en la diana y contrarrestar las crecientes desigualdades en el acceso a los servicios esenciales para preservar la prevención del VIH, en concreto entre quienes trabajan en el sector del transporte.
La ITF lanza un nuevo llamamiento a los sindicatos, a los empleadores y a todos los agentes pertinentes del sector, incluidos los organismos públicos de esta industria, para que se mantengan firmes en sus esfuerzos de prevención, tratamiento y atención/apoyo en materia de VIH, y mantengan su colaboración para combatir los desafíos que plantea el coronavirus.
El COVID-19, el gran desnivelador
El COVID-19 ahondó aún más las desigualdades económicas, sociales, culturales y legales que existían previamente. La división, la disparidad y la vulneración de los derechos humanos son algunas de las carencias que han permitido que el VIH se convierta, aún a día de hoy, en una crisis sanitaria mundial. Ninguna enfermedad debe combatirse a expensas de otra.
ONUSIDA afirma que los sistemas de salud sobrecargados, las cuarentenas, la pérdida de medios de vida y las menores oportunidades de empleo pueden contribuir a aumentar las relaciones sexuales sin protección, la violencia y la explotación sexuales, el sexo transaccional y el trabajo sexual, lo que conduciría a un aumento de nuevas infecciones del VIH. Además, desde que estalló la pandemia de COVID- 19, ha empeorado el ya limitado acceso de los trabajadores y las trabajadoras del transporte transfronterizos al tratamiento y los servicios relacionados con el VIH.
El COVID-19 se debe seguir abordando como la emergencia que es, pero la ITF subraya que no debe hacerse a expensas de los trabajadores y las trabajadoras del transporte vulnerables al VIH, que en la actualidad padecen una doble crisis: la epidemia crónica y la nueva pandemia. El número de personas afectadas por el VIH en todo el mundo sigue siendo alarmante. En 2020, 1 500 000 personas se infectaron por el VIH y 680 000 murieron por causas relacionadas con el VIH. Ese mismo año, el número de muertes por COVID-19 ascendió a 1 813 188 (aunque estimaciones preliminares sugieren que el número oficial de muertes podría ser mayor). Estas cifras ilustran con claridad que la crisis del VIH está lejos de desaparecer.
ONUSIDA y la Organización Mundial de la Salud (OMS) apoyaron la elaboración de modelos matemáticos que han establecido que los beneficios de continuar con los servicios de VIH superan con creces el daño que podría causar una mayor transmisión del COVID-19. El análisis concluye que, si bien existe un riesgo adicional a corto plazo de transmisión del COVID-19 asociado a la prestación de servicios del VIH, el riesgo de muertes adicionales por COVID-19 es al menos 100 veces menor que las muertes relacionadas con el sida evitadas al mantener esos servicios. Resulta evidente, pues, que el riesgo de eliminar los servicios esenciales del VIH se traduce en un mayor riesgo global de muertes relacionadas con la falta de prevención del VIH, de acceso al diagnóstico y de su eventual tratamiento. La ITF se mantiene firme en su convicción de que privilegiar una epidemia sobre otra es, simplemente, inaceptable.
La crisis del tratamiento del VIH en el mar
La estrategia de la ITF para la prevención del VIH incluye cuatro líneas de actuación –un programa de concienciación, la distribución de preservativos y educación, una labor de asesoramiento y pruebas voluntarias del VIH, además de tratamiento y atención– que se han visto sometidos a presiones insostenibles e incluso han sido eliminados, al reorientarse las energías del personal sanitario hacia las responsabilidades inmediatas de prevención, pruebas, rastreo y atención del COVID-19.
En el transcurso de la pandemia de COVID-19 hemos sido testigos de un empeoramiento de la crisis en el tratamiento y la atención de la comunidad marítima. La gente de mar tenía ya antes de la pandemia dificultades para acceder a los medicamentos para el VIH, pero las restricciones durante los confinamientos que llevaron a los Gobiernos a ordenar el cierre de fronteras y a prohibir a los marinos bajar a puerto han complicado su capacidad de acceder a los medicamentos y tratamientos médicos para el VIH. Todo ello ha provocado una carencia de medicamentos inaceptable y desastrosa y una problemática que los empleadores y los responsables del bienestar a bordo tampoco parecen tomarse en serio.
La ITF mantiene una comunicación regular con los marinos afectados, que nos piden ayuda a través de las redes sociales, y se esfuerza por hacer frente a este problema de forma individual, gracias a su red de inspectores e inspectoras ubicados en puertos de todo el mundo.
Apoyo continuo
Para hacer frente a esta crisis del tratamiento del VIH a bordo de los buques, la ITF busca activamente vías para apoyar y proteger la salud de los marinos seropositivos y vulnerables.
Un ejemplo de este apoyo continuo es el lanzamiento de la primera red de marinos seropositivos del mundo. Conjuntamente con el sindicato AMOSUP, con sede en Filipinas, la ITF facilitó el establecimiento de la asociación Positibong Marino Incorporated Philippines (PMPI), que se ha registrado formalmente como un grupo de autoayuda y apoyo. El PMPI defiende los derechos de los marinos seropositivos, independientemente de su nacionalidad, que tienen dificultades para conseguir empleo debido a su estado de salud.
La creación de este grupo precisamente en Filipinas era importante, ya que este país está experimentando un alza de nuevas infecciones por el VIH y los marinos filipinos constituyen la mayoría de la comunidad marítima. A lo largo de la pandemia de COVID-19, la ITF y el PMPI siguen apoyando a aquellos marinos seropositivos a bordo de buques que necesitan medicación urgentemente.
Ajustar nuestro enfoque
A corto plazo, la ITF confía en que un rápido reenfoque hacia el VIH/SIDA reduzca las desigualdades y ayude a que los trabajadores y las trabajadoras del transporte vulnerables y seropositivos reciban el tratamiento y la atención que merecen, y dejen ser perjudicados por los efectos de la pandemia de COVID-19.
De cara al futuro, la ITF insta a las partes interesadas a reflexionar sobre su gestión de la pandemia de COVID-19 para plasmar lo aprendido en un plan de respuesta efectiva a futuras epidemias o pandemias. En concreto, insta a los Gobiernos y a las autoridades sanitarias a dar prioridad de acceso a los medicamentos y al tratamiento del VIH, sobre todo a los marinos atrapados en la actual crisis de los cambios de tripulación.
La ITF está convencida de la necesidad de empezar ya a considerar estrategias y a poner en marcha los procesos que permitan ofrecer una respuesta más rápida y eficaz a las enfermedades nuevas y emergentes, sin olvidar las que ya existen, procurando no dejar atrás a los marginados de la sociedad.
El Dr. Syed Asif Altaf, coordinador del programa de VIH/SIDA y bienestar de la ITF, afirma: "La ITF se ha comprometido a mantener a la gente de mar saludable y feliz, y a eliminar el estigma y la discriminación que siguen padeciendo los trabajadores y las trabajadoras con VIH/SIDA. El mundo continúa combatiendo los retos sin precedentes que acarrea la pandemia de COVID-19, pero no puede por ello perder de vista el VIH/SIDA. En este Día Mundial del Sida, instamos a todos los agentes pertinentes de la industria del transporte a seguir esforzándose por eliminar las desigualdades económicas, sociales, culturales y jurídicas que perpetúan la crisis del VIH, y por eliminar el estigma y la discriminación asociados a esta enfermedad".
Stephen Cotton, secretario general de la ITF, añade: "El COVID-19 ha puesto de manifiesto las marcadas desigualdades que existen en el mundo y que afectan sobre todo a los más marginados de la sociedad. Nuestros valiosos trabajadores y trabajadoras del transporte realizan una labor esencial entre las fronteras nacionales que, sin duda, les colocaen una posición más vulnerable, en especial a quienes son seropositivos al VIH. Las partes interesadas del sector del transporte deben empezar ya a priorizar y proteger a quienes trabajan en los márgenes de la sociedad, y ello incluye el mantenimiento de los vitales servicios de prevención del VIH".