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Los trabajadores y las trabajadoras merecen paz y dignidad, no guerras

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El 7 de octubre de cada año se celebra en todo el mundo la Jornada Mundial por el Trabajo Decente. Este año, sin embargo, la fecha tiene una importancia todavía mayor, ya que el mundo conmemora el aniversario del ataque de Hamás a Israel y el comienzo de las operaciones militares subsiguientes de Israel en Gaza, un conflicto que se ha cobrado la vida de unas 40 000 personas en Gaza e Israel.

Desde hace mucho tiempo, el personal del transporte se encuentra en primera línea no solo de las industrias mundiales, sino también de los conflictos, pagando las consecuencias de guerras que no ha iniciado. Nuestra necesidad de empleos decentes y condiciones básicas de paz, justicia y dignidad nunca ha sido tan crítica.

Los buques, trenes, aviones, camiones y autobuses que continúan transportando mercancías y pasajeros entre fronteras dependen de la fuerza laboral del transporte. Mantuvimos el mundo en movimiento en el peor momento de la pandemia y seguimos haciéndolo hoy en día, incluso en países asolados por la guerra. Soportamos las repercusiones de la inestabilidad política, ya se trate de los conductores y las conductoras que circulan por zonas de guerra o de la gente de mar cuya vida corre peligro al transitar por aguas como las del mar Rojo y el mar Negro.

La Federación Internacional de los Trabajadores del Transporte (ITF) se mantiene firme en su convicción de que los trabajadores y las trabajadoras merecen vivir en paz y con dignidad. Estas aspiraciones no se pueden lograr en lugares donde se propagan las guerras y aumenta la inestabilidad. Todas las naciones y otros actores deben cumplir estrictamente el derecho internacional y proteger los derechos y las vidas de todas las personas, incluidos nuestros miembros, que mantienen en movimiento las cadenas de suministro mundiales.

En la Jornada Mundial por el Trabajo Decente de este año habrá una respuesta contundente por parte de los sindicatos, liderados por la Confederación Sindical Internacional, para reclamar paz y democracia. La Federación General de Sindicatos Palestinos y la Confederación Sindical Árabe han convocado un paro a las 12:00 hora de Jerusalén (UTC/GMT +3) para reafirmar el compromiso del movimiento sindical mundial con los principios de libertad, emancipación y autodeterminación para todas las personas.

Paddy Crumlin, presidente de la ITF: “A lo largo de la historia, los trabajadores y las trabajadoras han pagado el precio de la guerra. Hoy en día presenciamos nuevamente esa realidad, donde la clase trabajadora soporta una brutalidad indescriptible. Pero el personal del transporte —el motor de la economía mundial— también es la conciencia de nuestro mundo. En esta época de profunda desigualdad, guerras e inestabilidad, nos alzamos para recordar a la humanidad que somos la fuerza que permite su avance”. 

Nuestros derechos, nuestra seguridad y nuestra dignidad deben ser innegociables si queremos construir un mundo justo y pacífico”.

“Mientras nos preparamos para reunirnos en Marrakech con motivo del Congreso de la ITF que dará comienzo el 13 de octubre, el personal del transporte de todo el planeta se unirá para abordar juntos las crisis que afrontamos y demostrará a los líderes mundiales que podemos unirnos, pese a las diferencias, y reivindicar la paz”, afirma Crumlin. “Este Congreso, el primero que celebramos en el Mundo Árabe, no es solo simbólico: es una prueba incontestable de la fortaleza de la solidaridad internacional. A lo largo de su historia, los sindicatos han transcendido fronteras para luchar por lo que es justo. Y ahora, más que nunca, debemos continuar cooperando estrechamente como una fuerza mundial a favor de la paz, diseñando soluciones para superar las dificultades que plantean las injusticias de nuestra era”.

Stephen Cotton, secretario general de la ITF: “Conforme celebramos la Jornada Mundial por el Trabajo Decente de este año, debemos reconocer que millones de trabajadores y trabajadoras de todo el mundo continúan soportando el peso de la guerra, la opresión y la desigualdad. Vivimos en un mundo turbulento, donde se agrava la desigualdad y parecen predominar la codicia empresarial y el autoritarismo. Pero sabemos que, en los momentos más oscuros, la luz de la solidaridad brilla con más intensidad. No nos limitamos a presenciar esta convulsión, sino que somos líderes, luchadores y ejemplos de esperanza. Como sindicalistas, siempre nos alzaremos para superar estas adversidades, sobre todo cuando los líderes elegidos no se muestren a la altura de las circunstancias.

“Cuando nos encontremos en el Congreso de la ITF en Marrakech, nos uniremos bajo la sombra de estas crisis mundiales: las víctimas de la guerra en Gaza, Israel, el Líbano, Sudán, Ucrania y otros lugares. Hay millones de personas que siguen enfrentándose a la inanición, el desplazamiento y la injusticia sistémica, mientras otras luchan contra regímenes represivos en Myanmar, Esuatini, Túnez y Argentina”.

El mensaje del trabajo decente es una prioridad en estas luchas: cada trabajador y trabajadora merece paz, justicia y equidad”.

Foto: Majdi Fathi a través de Reuters Connect

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