Un nuevo acuerdo mundial destinado a lograr el cero neto en emisiones de carbono en el sector de la aviación para 2050 ha recibido una buen acogida entre los sindicatos internacionales y europeos, que, no obstante, exigen mayores compromisos a nivel nacional, concretamente en materia de criterios sociales. No debe dejarse atrás a ningún trabajador o trabajadora ni a ninguna región. ¡Necesitamos una transición justa para todos!
Tras semanas de negociaciones, 184 países acordaron fijarse el objetivo de cero emisiones netas en el sector de la aviación de aquí a 2050 durante el 41.er periodo de sesiones de la Asamblea de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), un organismo especializado de las Naciones Unidas.
Los sindicatos que representan al personal aeronáutico y aeroespacial llevan tiempo reclamando metas de descarbonización más ambiciosas a nivel internacional y haciendo hincapié en que todos los países, sectores y trabajadores tienen un papel que desempeñar en la descarbonización de la aviación en su conjunto.
En la fase previa al evento, la Federación Internacional de los Trabajadores del Transporte (ITF), IndustriALL Global Union, la Federación Europea de los Trabajadores del Transporte (ETF) e IndustriAll Europa trabajaron en la formulación de reivindicaciones sindicales conjuntas. La nota de estudio presentada por los sindicatos a la OACI exigía una transición justa hacia un futuro sin emisiones de carbono y subrayaba la necesidad de gestionar la descarbonización de la aviación de forma socialmente responsable. Reclamaba un diálogo social de calidad, inversiones en la formación y la creación de planes de acción sectoriales entre los interlocutores sociales y las autoridades pertinentes.
Lamentablemente, la declaración final —que no es vinculante— solo insta a los Estados a lograr la meta “de manera social, económica y ambientalmente sostenible y de acuerdo con las circunstancias nacionales”.
La resolución final de la OACI y la adopción del cero neto en emisiones de carbono para 2050 como objetivo ambicioso mundial a largo plazo (LTAG) han suscitado reacciones encontradas, entre ellas algunos comentarios positivos de la Unión Europea y la industria europea. Las ONG, por su parte, han respondido de forma más crítica dado el carácter no vinculante del acuerdo.
Gabriel Mocho Rodríguez, secretario de la Sección de Aviación Civil de la ITF, afirma: “Nos encontramos en una carrera contrarreloj para lograr un futuro sostenible. Millones de trabajadores y trabajadoras de la aviación están sintiendo en primera persona los efectos del cambio climático, que hace de la aviación un lugar de trabajo más peligroso. El aumento de la turbulencia atmosférica supone un gran riesgo para el pasaje y la tripulación, el calor extremo está alterando las operaciones aeroportuarias, y la subida del nivel del mar amenaza con inundar aeropuertos. Ha costado conseguir los LTAG de la OACI, pero, si queremos lograr cambios al ritmo necesario, deben ser los trabajadores y las trabajadoras quienes encabecen la descarbonización y la transición del sector de la aviación”.
Georg Leutert, director de IndustriALL para el sector aeroespacial, comenta: “La industria aeroespacial se está viendo presionada para encontrar soluciones de cero emisiones basadas en normas internacionales. Cuanto más se tarde en lograrlo, mayor será el precio que paguen los trabajadores y las trabajadoras por los déficits resultantes. Es por ello que los sindicatos debemos participar en la implementación de los LTAG y las políticas conexas".
Eoin Coates, responsable de la Sección de Aviación Civil de la ETF, señala: “Las expectativas sociales y los objetivos medioambientales deben ir de la mano. Los trabajadores y las trabajadoras deben ocupar un lugar central en el proceso de transición medioambiental, una transición que debe ser justa y permitir la participación activa de los trabajadores desde su diseño hasta su implementación. Deben recibir ayuda para adaptarse a los cambios, y se les debe garantizar unos empleos saludables y sostenibles a medida que el sector de la aviación se vuelve más ecológico. Si bien nos complace el avance que supone el LTAG en cuanto a la sostenibilidad medioambiental del sector, aún queda mucho por hacer en lo que respecta a su sostenibilidad social”.
Isabelle Barthes, secretaria general adjunta de IndustriAll Europa, declara: “El cambio climático es un problema mundial, y seguiremos exhortando a todos los países y regiones a incrementar sus esfuerzos para reducir el impacto ambiental de los vuelos —por ejemplo, a través de la adopción del uso de combustibles sostenibles para aviación y el desarrollo de aeronaves neutras en emisiones de carbono—. Los trabajadores se encuentran en el seno de la transición verde, pero lamentablemente han sido olvidados en la declaración de la OACI. Insistimos en la importancia del diálogo social de calidad y el apoyo adecuado para asegurar que no se deje atrás a ningún trabajador y a ninguna región: la transición verde debe ser una transición justa”.