La reglamentación sobre los derechos de los trabajadores y las trabajadoras que están estudiando la Unión Europea y los tribunales del Reino Unido tiene el potencial de equilibrar la relación entre las plataformas de microtareas y los millones de personas que trabajan para ellas en toda Europa.
Como federación sindical mundial que representa a casi 20 millones de trabajadores del transporte, sabemos que, a menos que las empresas de la economía de plataformas reconozcan a sus trabajadoras y trabajadores como auténticos empleados, estos seguirán estando expuestos a condiciones de trabajo explotadoras y disfrutando de menos derechos laborales.
Acogemos con agrado la decisión que ha fallado el Tribunal de Apelación de los Países Bajos esta misma semana, por la que se reconocen a las trabajadoras y los trabajadores de Deliveroo como empleados. Pese a los intentos de las empresas que operan en la economía de plataformas de clasificar erróneamente a sus trabajadores como contratistas independientes, los tribunales —entre ellos, el Tribunal Supremo de Francia— reconocen cada vez más las relaciones de trabajo directas.
La inminente decisión del Tribunal Supremo del Reino Unido en la causa Uber BV v Aslam and others es otro fallo importante que determinará las condiciones de trabajo futuras de quienes trabajan para empresas basadas en aplicaciones.
Estas decisiones implican que los trabajadores de plataformas finalmente pueden disfrutar de derechos laborales fundamentales, entre los cuales figuran el derecho a seguridad y salud en el trabajo, el derecho de libertad sindical y el derecho a la negociación colectiva, así como el acceso a instalaciones sanitarias y protección contra la violencia y el acoso en el trabajo, derechos estos que velan por la vida de las personas.
Estas decisiones también posibilitan el acceso de las trabajadoras y los trabajadores a los subsidios por enfermedad, las licencias de maternidad o paternidad, las pensiones, la seguridad social y otras protecciones provistas por los empleadores.
Es de celebrar que algunos empleadores de la economía de plataformas, como Just Eat y Foodora, hayan reconocido la situación laboral de sus trabajadores y trabajadoras y se hayan reunido con los sindicatos para acordar condiciones que proporcionen flexibilidad y un trabajo decente. Este es el futuro de una economía que beneficia a toda la población.
Vemos con buenos ojos el reconocimiento que hace Uber en su libro blanco sobre un mejor acuerdo para los trabajadores de plataformas. En él se admite, por un lado, que los trabajadores de la economía de las microtareas y sus representantes tienen derecho a ser escuchados y que deben tomarse medidas sobre la base de sus inquietudes y, por otro, que las trabajadoras y los trabajadores se merecen idéntica protección social a la de sus iguales de sectores más tradicionales.
Sin embargo, lo que propone Uber en su libro blanco es una reforma legislativa que, efectivamente, otorgaría a los trabajadores marginados y vulnerables peores condiciones de las que por lo general recibirían como empleados, lo cual, básicamente, pasa por alto sus reivindicaciones. Los marcos de legislación laboral actuales ya prevén estas protecciones. Uber puede optar por hacer lo correcto y dejar de entablar relaciones de trabajo encubiertas con conductores y repartidores. Un modelo sujeto a la Proposición 22 propugnada por la empresa no es la respuesta ni para California ni para Europa.
Uber dista de ser la única empresa que aún no ha transformado su retórica en medidas concretas.
La mayor parte de las empresas de la economía de plataformas no reconoce a sus trabajadores como empleados. Es más, la mayoría sigue negándose a hacerlo y a negociar con los sindicatos, evadiendo así el pago de impuestos que otros proveedores de servicios de transporte sí abonan.
La ITF ha publicado diez principios sobre la economía de las microtareas dirigidos a empleadores y responsables de políticas a fin de garantizar que los trabajadores y las trabajadoras de la economía de plataformas no queden en el olvido, y que se respeten y defiendan sus derechos humanos. En estos principios se destacan las graves deficiencias de un modelo de negocio abusivo que depende de despojar a los trabajadores y las trabajadoras de protecciones, principios y derechos laborales básicos.
Instamos a todas las empresas de la economía de plataformas a que sigan el ejemplo de las compañías socialmente responsables y reconozcan debidamente a sus trabajadoras y trabajadores como auténticos empleados. Ha llegado el momento de que estas empresas dejen de escurrir el bulto y admitan que pueden comercializar sus productos sin vulnerar el respeto y la dignidad de los trabajadores y las comunidades que hacen posibles sus ganancias.
Foto: War on Want