Una segunda huelga no autorizada de camioneros en un área de servicio de Gräfenhausen (Alemania) ha vuelto a poner el foco en los problemas sistémicos del sector del transporte por carretera en Europa y la urgente necesidad de que los Gobiernos y demás partes interesadas del sector intervengan para proteger los derechos de los trabajadores y las trabajadoras de terceros países.
Los camioneros en huelga se han concentrado en el área de servicio para reclamar los salarios que les adeuda el consorcio polaco de transporte por carretera Mazur Group (o Agmaz-Lukmaz-Imperia). A día de hoy hay congregados allí más de 130 camiones y sus conductores, originarios de Georgia, Uzbekistán, Ucrania, Kazajistán, Filipinas o Tayikistán, entre otros países.
Un reducido número de camioneros recibió sus salarios tras varios días, con el apoyo de la Fundación para la Diligencia Debida en el Transporte por Carretera (DDTC) y Fair Mobility, junto con la Federación Europea de los Trabajadores del Transporte (ETF), la Federación Internacional de los Trabajadores del Transporte (ITF), y el sindicato de servicios ver.di y la confederación DGB de Alemania, ambas afiliadas a la ETF y la ITF. Sin embargo, la compañía sigue sin pagar el dinero adeudado a la mayoría de los camioneros en huelga. Aparte de estos atrasos, los camioneros reclaman que se ponga fin a las condiciones inhumanas en las que trabajan, que los obligan a realizar extenuantes jornadas de trabajo y a vivir exclusivamente dentro de sus camiones, entre otras prácticas laborales inseguras.
Durante una huelga similar convocada en marzo y abril en el área de servicio de Gräfenhausen se puso de manifiesto que el Grupo Mazur transporta mercancías para importantes clientes multinacionales y compañías de logística de toda Europa, como IKEA, Volkswagen, C.H. Robinson o Sennder. La ley alemana sobre la diligencia debida corporativa impone a las compañías la obligación de prevenir y mitigar cualquier tipo de abuso contra los derechos humanos y garantizar la protección de los derechos de los trabajadores y trabajadoras en sus cadenas de suministro.
“El modelo de negocio actual del transporte por carretera perpetúa las violaciones de los derechos humanos y laborales”, afirma Livia Spera, secretaria general de la ETF. “En el transporte por carretera europeo, las empresas multinacionales anteponen los beneficios a las personas y dejan a los trabajadores más vulnerables de sus cadenas de suministro expuestos a un trato inhumano, retrasos en los pagos y otros muchos abusos. Es crucial que las autoridades exijan responsabilidades a estas compañías y hagan cumplir la normativa vigente para garantizar la plena aplicación de la legislación social a todos los conductores, independientemente de su nacionalidad”.
“Lamentablemente, los problemas que estos camioneros han sacado valientemente a la luz están muy extendidos en el transporte por carretera europeo”, afirma Stephen Cotton, secretario general de la ITF. “Las empresas clientes y las compañías de transporte tienen ahora dos opciones: pueden colaborar con los sindicatos para poner fin a la explotación de la fuerza laboral del transporte transfronterizo o aceptar que las huelgas no autorizadas se conviertan en la nueva normalidad del transporte europeo por carretera. Seguiremos trabajando con las empresas responsables, ayudándolas a verificar y corregir las violaciones de los derechos humanos que se estén cometiendo en sus negocios y cadenas de suministro. En cuanto a las empresas que continúen explotando a los trabajadores y las trabajadoras del transporte, deberían esperar más episodios como los que estamos viendo en Gräfenhausen”.
La ETF y la ITF están haciendo campaña para acabar con la explotación de la mano de obra de terceros países en el sector del transporte por carretera. Es práctica común someter a estos trabajadores y trabajadoras a condiciones altamente discriminatorias, negándoles derechos fundamentales como una remuneración justa o unas condiciones laborales dignas. Para abordar estos problemas sistémicos, las dos federaciones reclaman que se refuerce el cumplimiento de la normativa vigente, es decir, que se implemente debidamente el paquete de movilidad de la UE, haciendo hincapié en la salvaguardia de los derechos de la fuerza laboral, independientemente de su lugar de procedencia.
Los sindicatos colaboran también con la Fundación para la Diligencia Debida en el Transporte por Carretera, una organización independiente que controla y aborda las violaciones de las normas que garantizan los derechos humanos y laborales en las cadenas europeas de suministro del transporte por carretera.
Este artículo se enmendó el 4 de agosto de 2023. En la versión anterior se señalaba que LKW Walter era cliente del Grupo Mazur, lo cual es erróneo. LKW Walter ha comunicado a la ITF que no tiene relación comercial alguna ni coopera con ninguna de las empresas polacas mencionadas en el artículo.
Contactos para más información:ETF: Rodrigo Rivera, r.rivera@etf-europe.org ITF: Luke Menzies, media@itf.org.uk
Acerca de la ETF La Federación Europea de los Trabajadores del Transporte (ETF) es una organización sindical paneuropea que representa a los sindicatos del transporte de la Unión Europea, el Área Económica Europea y los países de Europa Central y Oriental. La ETF representa a más de cinco millones de trabajadores y trabajadoras del transporte, de más de 200 sindicatos de 40 países europeos, que trabajan en el transporte terrestre, marítimo y aéreo.
Acerca de la ITF La ITF es una federación sindical mundial democrática, compuesta por 740 sindicatos del transporte, que representa a unos 18,5 millones de trabajadores y trabajadoras de 154 países. La ITF defiende los intereses del personal del transporte en los organismos donde se adoptan las decisiones que afectan a los empleos, las condiciones laborales y la seguridad del sector.