La reclamación contra Catar fue presentada con éxito por la Federación Internacional de los Trabajadores del Transporte (ITF) y por la Confederación Sindical Internacional (CSI) (véase http://goo.gl/Ka5inH).
En un contundente informe que pueden leer aquí, la OIT considera que:
Qatar Airways (QR) es culpable de discriminación sistemática de género en las disposiciones del contrato de trabajo anterior, así como del nuevo contrato de empleo, que permiten a la empresa despedir automáticamente a una tripulante de cabina por el mero hecho de estar embarazada; así como por la prohibición de que las empleadas lleguen a las instalaciones de la compañía o se vayan de las mismas acompañadas por un hombre que no sea su padre, hermano o cónyuge.
El Gobierno de Catar incumplió sus obligaciones internacionales al mirar hacia otro lado ante esta discriminación. Al permitir que QR se comporte de esta manera, Catar viola el Convenio 111 de la OIT sobre Discriminación (Empleo y Ocupación), que el país firmó en 1976.
El Comité tripartito de la OIT toma nota también de que la prohibición contractual de contraer matrimonio durante los cinco primeros años de servicio —luego de los cuales solo se puede contraer matrimonio previa autorización de la compañía— ha sido eliminada de los nuevos contratos de la aerolínea, y “expresa la firme esperanza de que el Gobierno adopte sin demora las medidas necesarias para garantizar que a todos los tripulantes de cabina se les aplican las disposiciones del nuevo contrato de trabajo a fin de que puedan casarse y cambiar su situación matrimonial sin permiso de la empresa”.
Y continúa diciendo que: “El Comité considera que el Gobierno debería prestar particular atención a alentar a la empresa a que proporcione a sus trabajadores, incluidos los empleados extranjeros, mecanismos apropiados de presentación de quejas para garantizar que puedan obtener reparación sin exponerse a la estigmatización o a represalias, y sin temor a ser deportados del país, en casos de acoso o de cualquier otro comportamiento discriminatorio basado en los motivos contemplados en el Convenio”.
Y, además, “toma debida nota de la respuesta del Gobierno de que existen diversos mecanismos de solución de conflictos para tramitar las reclamaciones de los trabajadores migrantes […] el Gobierno no proporcionó información sobre el modo en que estos procedimientos pueden utilizarse o han sido utilizados por los tripulantes de cabina, en particular las mujeres. El Comité observa que el acceso a dichos procedimientos y reparaciones por los tripulantes de cabina que son trabajadores migrantes puede ser difícil debido al temor a la victimización o a represalias, incluidos el despido y la deportación del país […] en vista de que los tripulantes de cabina son mayormente mujeres, el nombramiento de inspectoras del trabajo calificadas podría ser una medida eficaz para supervisar la no discriminación y la igualdad en la empresa”.
La ITF lleva dos años denunciando públicamente la discriminación y prácticas represivas que imperan en Qatar Airways, como despidos arbitrarios, vigilancia y toques de queda (véase aquí). Por su parte, la CSI viene denunciando el lamentable trato que reciben los trabajadores y trabajadoras migrantes en Catar.
El presidente de la ITF, Paddy Crumlin, comenta: “Esta decisión cambia las reglas del juego. Hace un año sentamos en el banquillo a Catar y a QR y hoy se ha demostrado que teníamos razón. A partir de ahora, todo tiene que cambiar. QR no puede continuar negando la realidad y evadiéndose. Los cambios que introdujeron no lograron engañar a la OIT. Ahora la aerolínea tiene que introducir cambios de verdad. Ha llegado la hora de que deje de imperar el miedo en QR”.
“Desde que denunciamos públicamente estas prácticas, dejamos claro que debían desaparecer. Exponiéndolas a los ojos de todos desatamos un torrente de testimonios que nos revelaron qué supone trabajar en esa aerolínea. Felicitamos a todas las personas, incluidas las que se pusieron en contacto con nosotros dentro de la aerolínea, con valentía y en secreto, a los miembros de sindicatos, personas de la industria de la aviación y de los medios de comunicación que nos han ayudado a denunciar estos abusos”.
Sharan Burrow, secretaria general de la CSI, comenta: “Los intentos de retocar las normas sobre embarazo y matrimonio, una vez que presentamos la reclamación, muestran que QR se sintió obligada a actuar por vergüenza, pero esperamos más. Nosotros, junto a todas las personas que trabajan en la aerolínea, no descansaremos hasta que acabe lo que muchas de estas trabajadoras y trabajadores denominan ‘el clima de miedo’ en QR”.
Y continúa: “La mirada de la opinión pública mundial está puesta en el comportamiento del Gobierno catarí frente a Qatar Airways, frente al lamentable tratamiento de los trabajadores migrantes y frente al Mundial de Fútbol. Hoy, en Ginebra, Catar no dio la talla. Hemos demostrado que el dinero no puede comprar el silencio. La nación está sometida a juicio. No puede eludir sus responsabilidades. Tiene que empezar a actuar correctamente”.
FIN
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