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La justicia racial es una cuestión sindical, la ITF está plenamente comprometida con la lucha

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El asesinato de George Floyd, el 25 de mayo de 2020, es la muestra más reciente del racismo, la violencia y la desigualdad sistémicos que a lo largo de la historia han oprimido a las comunidades en los Estados Unidos y en todo el mundo.

Lo sucedido en los Estados Unidos, con su histórico legado de activismo en defensa de los derechos civiles, constituye un recordatorio estremecedor de la gravedad de la actual crisis. 

Los sindicalistas y el movimiento obrero siempre demostramos nuestro compromiso con el lema: "¡Un ataque contra uno es un ataque contra todos!". Este principio fundacional –y nuestro lema de organización y movilización– es el eje de nuestras campañas contra los abusos, la discriminación y la explotación por motivos raciales, étnicos, de género, religiosos, políticos y sindicales.

Fue el principio fundamental que guio la campaña sindical de la ITF contra el apartheid sudafricano, entre muchas otras campañas. Los ecos de estas luchas resuenan ahora en los oídos de las víctimas de la violencia infligida a los afroamericanos, a las personas de color, a las minorías étnicas, a los pobres y a los trabajadores y trabajadoras de todo Estados Unidos y, por supuesto, de muchos otros países del mundo. 

El racismo, la violencia y la desigualdad son problemas laborales y de la comunidad. Todos los trabajadores y sus sindicatos deben luchar por la igualdad, la paz y la justicia para todos y para todas. Esto siempre fue, y siempre será, un asunto que compete a los sindicatos. 

El asesinato de George Floyd es el último ejemplo aborrecible, profundamente divisor e inaceptable de una división racial profundamente arraigada en todo el mundo, y específicamente en los Estados Unidos. La tasa de mortalidad por coronavirus en los Estados Unidos, que los estadounidenses afroadescendientes están padeciendo casi tres veces más que los estadounidenses blancos, se manifiesta en muchos otros países debido a su pobreza, el escaso apoyo social y la discriminación económica y política. Esto subyace en la desigualdad e injusticia racial profundamente arraigada. 

Los trabajadores y las trabajadoras del transporte de todo el mundo se enorgullecen de su larga historia de participación en los movimientos en defensa de los derechos civiles, los derechos humanos y la justicia social. Durante el fin de semana, los conductores de autobuses afiliados a sindicatos de Minneapolis y Nueva York se negaron a transportar a la cárcel a los agentes de policía o a los manifestantes. Nos sentimos profundamente orgullosos y honrados de estar al lado de estos trabajadores y trabajadoras, de nuestros miembros y de nuestros sindicatos afiliados, que con valentía se solidarizan con el movimiento Black Lives Matter (Las Vidas Negras Importan). 

La ITF, y los casi 20 millones de trabajadores y trabajadoras del transporte que seguimos representando, apoyan sin reservas la lucha por la justicia personificada en la muerte de George Floyd con cada fibra de nuestra legendaria valentía y determinación. 

Nos solidarizamos enérgicamente con los oprimidos y sus comunidades en los Estados Unidos, y con todos los trabajadores y las trabajadoras igualmente discriminados en todo el mundo. 

¡Un ataque contra uno es en un ataque contra todos! 

En solidaridad,

 

Paddy Crumlim, Presidente de la ITF

Stephen Cotton, Secretario General de la ITF

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