Los días 25 y 26 de julio, los tripulantes de cabina de Ryanair de cuatro países emprenderán una huelga ante las repetidas negativas de la compañía a escuchar sus reivindicaciones. Las organizaciones afiliadas a la ITF y a la ETF –CNE/LBC en Bélgica, FILT CGIL y UIL TRASPORTI en Italia, y SITCPLA y USO en España– coordinan las huelgas, siempre respetando sus respectivas legislaciones nacionales.
Las acciones tendrán lugar tres semanas después de la primera Cumbre de Tripulantes de Ryanair, en Dublín, donde la toda red trabajadores y trabajadoras de la aerolínea redactó una Carta de las Tripulaciones de Ryanair, que resume sus demandas.
Ryanair desdeñó esta oportunidad tangible de llegar a un compromiso de buena fe con sus trabajadores y trabajadoras y no dudó en calificar sus reivindicaciones como "inútiles". Ante esta actitud, nuestras afiliadas se vieron obligadas a recurrir a la huelga para hacer oír su voz.
La ITF y la ETF apoyan todas las movilizaciones sindicales legales emprendidas por nuestras afiliadas con el objetivo de conseguir un trato justo para las trabajadoras y los trabajadores. Exigimos que la empresa respete el derecho fundamental de las tripulaciones de cabina a la huelga, de acuerdo con las normas internacionales bien establecidas en materia de relaciones laborales.
Aunque la empresa ha declarado en un memorándum que el personal que se sume a la huelga no sufrirá consecuencia alguna, también ha hecho circular una encuesta entre el personal, preguntando sobre sus intenciones para los días 25 y 26 de julio. Esto podría constituir una intimidación con el objetivo de obstaculizar el libre ejercicio de sus derechos sindicales.
Además, cualquier intento de la empresa de obstruir el derecho a la huelga –incluidos el despido de trabajadores/as en huelga y los incentivos a otros trabajadores para que rompan las huelgas– podría contravenir las normas internacionales sobre libertad de asociación.
La ITF, la ETF y nuestras afiliadas siguen esperando que Ryanair pueda evitar un verano plagado de huelgas negociando de buena fe el reconocimiento de los sindicatos y aceptando mejoras concretas en los salarios y las condiciones laborales. Sin embargo, hasta que la empresa no se tome en serio las reivindicaciones de sus trabajadores y trabajadoras, es probable que las huelgas se repitan.
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