Ocho marinos vuelven a Filipinas después de más de un año en alta mar
La Federación Internacional de los Trabajadores del Transporte (ITF) intervino para asegurar que un marino que estuvo atrapado trabajando a bordo de un buque durante más de 16 meses finalmente consiguiera su boleto de regreso a casa.
Otros siete tripulantes del MV ‘Western Eyde’ también fueron repatriados gracias a la asistencia de la ITF, según describe el inspector de la ITF en Brasil, Ali Zini. Esos siete marinos habían pasado 13 meses a bordo del carguero. De acuerdo con el Convenio sobre el Trabajo Marítimo (MLC), el período máximo legal durante el que se pueden prestar servicios a bordo es de 11 meses.
El inspector Zini, que tiene su base de operaciones en la CNTTL, afiliada brasileña de la ITF, dice que un marino se comunicó con la ITF desde el MV ‘Western Eyde’ mientras el buque navegaba desde Canadá hacia Brasil. El marino solicitó ayuda para volver a casa con su familia después de estar muchos meses embarcado.
De acuerdo con el MLC, los marinos tienen derecho a ser repatriados, con gastos a cargo del empleador, una vez finalizados sus contratos. Si bien se ha tornado difícil llevar adelante los cambios de tripulación debido a las restricciones de viajes y los cierres de fronteras dispuestos por los Gobiernos, sigue siendo posible relevar a las tripulaciones a través de muchos puertos y Estados de tránsito, incluidos Canadá y Brasil.
Sin embargo, el MLC también especifica que, en primera instancia, un tripulante debe solicitar la repatriación a su compañía por medio del Capitán del navío.
Zini explica que el tripulante ya se había comunicado con la naviera a cargo de la gestión del MV ‘Western Eyde’ —Unitra Maritime Co Ltd, con sede en Tokio— para solicitar el desembarco. Sin embargo, la compañía no podía garantizarle que le repatriarían cuando el buque llegara al siguiente puerto.
El inspector Zini se reunió con los tripulantes cuando el buque de bandera panameña arribó a Paranaguá, Brasil, el 30 de agosto. Inspeccionó los registros para asegurarse de que ambas partes hubieran cumplido sus obligaciones, es decir, que los marinos hubieran finalizado sus contratos y que la empresa hubiera abonado todos los salarios debidos.
Al constatar el tiempo que llevaba la tripulación a bordo del navío, Zini confirmó que uno de los tripulantes había embarcado en abril de 2019 en Zhoushan, China. Ya era agosto de 2020 y este marino había cumplido sin duda con sus obligaciones, incluso excediendo el límite internacional de tiempo de servicio a bordo.
Zini recuerda la visita: “Cuando abordé el barco, los tripulantes estaban felices de verme”, comenta. “Pero también estaban muy ansiosos por irse a casa”.
Sin embargo, la tripulación no desembarcaría como esperaba. La empresa le había dicho a Zini que el cambio de tripulación se realizaría en el siguiente puerto.
“Le advertí al gerente que eso era inaceptable y que constituía una violación al Convenio sobre el Trabajo Marítimo”, dice.
La advertencia del inspector de la ITF hizo que la empresa reconsiderara su posición.
“Un día más tarde, aceptó. Se organizó un cambio de tripulación en el puerto en el que se encontraban: Paranaguá”, dice Zini.
En la semana en que los tripulantes tomaron sus vuelos rumbo a Filipinas, llegó una nueva tripulación para reemplazarlos, también de Filipinas.
Brasil es uno de los países de un grupo cada vez más grande de naciones que aceptaron implementar el protocolo elaborado por la Organización Marítima Internacional que permite que se lleven a cabo los cambios de tripulación en sus puertos a pesar de la actual situación de pandemia.
La ITF consigue que marinos turcos cobren sus salarios y vuelvan a casa desde Brasil
Otra buena noticia para la gente de mar varada: la ITF ha ayudado a la tripulación de otro buque a volver a casa aprovechando que su embarcación fondeó en la costa de Brasil.
El inspector de la ITF Renialdo de Freitas dijo que 16 marinos del buque ‘DS Sofie Bulker’ tomaron un vuelo a Turquía, su país natal, desde Santos, Brasil, pero no antes de haberse asegurado que la tripulación recibiría sus salarios, que ascendían a casi 100 000 dólares estadounidenses.
“A principios de agosto, el buque se dirigía a Santos, mi puerto base, para realizar una operación de carga. La tripulación se comunicó con nosotros para solicitar asistencia y nos informó que la mayoría de sus integrantes ya tenían sus contratos vencidos y que necesitaban ser repatriados. Algunos llevaban embarcados más de 14 meses”.
El tiempo máximo legal establecido por el Convenio sobre el Trabajo Marítimo para trabajar a bordo de un buque es de 11 meses, y es ilegal operar una embarcación con contratos vencidos. Al menos nueve marinos habían excedido sus contratos en más de seis meses.
de Freitas dijo que la tripulación también le informó que les adeudaban los salarios de los meses de junio y julio.
“Su principal preocupación era irse a casa. Esta situación les causaba ansiedad y estrés”.
de Freitas se comunicó con el armador. Le advirtió que debía ocuparse de los temas de la tripulación y enviar a los marinos a casa.
“Hice hincapié en que teníamos una oportunidad valiosa para efectuar la repatriación desde Brasil, al ser uno de los pocos países que permiten, e incluso facilitan, los cambios de tripulación”, afirmó de Freitas.
“Y también dejé claro que la deuda debía saldarse lo antes posible y, definitivamente, antes de las repatriaciones, dado que los salarios de julio todavía no se habían abonado”.
“Al analizar las inspecciones previas llevadas a cabo por la ITF, observamos que hay muchas quejas por salarios adeudados de tripulaciones anteriores. Entonces, me urgía que la tripulación recibiera su paga antes de la repatriación y antes de que perdiera su poder de negociación”.
“Después de hablar con el armador, informé que si no se gestionaba el cambio de tripulación y no se pagaban los salarios de julio, me comunicaría con la autoridad de control del Estado rector del puerto y las autoridades brasileñas en materia laboral para notificarles del problema de los retrasos constantes en el pago de salarios y la necesidad de repatriar a los tripulantes cuyos contratos ya estaban vencidos”, dijo de Freitas.
“Después de una negociación larga y tediosa, el 22 de agosto el armador al fin accedió y relevó a la tripulación en Santos. Abonó los salarios del mes de julio y dejó todo cancelado”.
de Freitas dijo que cuando se reunió con los tripulantes en el hotel en el que estaban alojados a la espera de su vuelo de regreso a casa, estaban muy felices de verlo y le agradecieron por sus esfuerzos.
Una vez sanos y salvos en casa, los tripulantes enviaron mensajes a la ITF en los que elogiaban el trabajo realizado por el inspector de Freitas.
“Soy el primer oficial de puente del MV ‘DS Sofie Bulker’”, escribió uno de ellos. “Quiero que sepan que hoy recibí todos los salarios adeudados por el armador gracias al inspector de la ITF Renialdo de Freitas de la localidad de Santos, Brasil. Nunca nos dejó solos”.
“Muchas gracias por todo. Mi familia y yo le rezamos a nuestro Dios para agradecerle por su bondad”.
Otro simplemente escribió: “Gracias por todo, señor Renialdo. ¡Recibimos todo el dinero!“.
Cada centavo de los 94 585,67 dólares.