El Convenio sobre el trabajo marítimo 2006 (MLC) de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) es claro: un marino, mientras trabaja a bordo, tiene el derecho a recibir una protección sanitaria adecuada y acceso a una atención médica pronta y adecuada, incluida la atención dental esencial. La atención médica debe ser lo más similar posible a la que por norma general recibirían en tierra y debe incluir el derecho a tener acceso sin demoras a consultas con un médico cualificado o un dentista en los puertos de escala.
La Organización Marítima Internacional (OMI) también ha publicado una Lista preliminar de recomendaciones para los Gobiernos y las autoridades nacionales pertinentes sobre la facilitación del comercio marítimo durante la pandemia de la COVID-19, en la que se solicita a los Gobiernos y las autoridades nacionales que tengan a bien:
- Considerar la posibilidad de restringir temporalmente el personal de a bordo mientras el buque se encuentre en un puerto (salvo o hasta que la situación permita lo contrario), a menos que dicho personal desembarque como parte de un cambio de tripulación o para recibir atención médica de emergencia no disponible a bordo del buque.
- Proporcionar a la gente de mar acceso a tratamiento médico de emergencia en tierra en caso de emergencias médicas.
Mientras los líderes mundiales se esfuerzan por establecer medidas para reducir la propagación del COVID-19 y asegurar que sus ciudadanos dispongan de una atención médica adecuada, la gente de mar está siendo olvidada a pesar del papel crucial que desempeña garantizando la entrega de los artículos necesarios, incluido el equipo médico y los medicamentos que los Gobiernos precisan para combatir los efectos del virus.
Cada día, un creciente número de marinos está accediendo a ampliar su contrato de empleo más allá de la fecha de vencimiento tras haber pasado entre 6 y 10 meses a bordo. Por si fuera poco, lamentablemente, a muchos marinos se les ha denegado la atención médica de urgencia necesaria no relacionada con el COVID-19 debido a las restricciones nacionales o locales. Algunos de los problemas médicos han sido menores, mientras que otros casos requerían de atención médica inmediata puesto que eran graves y potencialmente mortales.
Un caso se trataba de un marino que de repente sintió un dolor fuerte y abrumador en su ojo izquierdo que fue empeorando progresivamente hasta el punto de que el marino se volvió sensible a la luz. El buque consultó a un oftalmólogo que se mostró preocupado por la vista del marino y recomendó su evacuación médica inmediata para que recibiera el tratamiento adecuado. Lamentablemente, las autoridades portuarias locales indonesias negaron el desembarco al marino, a pesar de los esfuerzos realizados por el agente portuario, el Club de P e I y la embajada. Tras la intervención enérgica de Kesatuan Pelaut Indonesia (KPI), organización afiliada a la ITF en Indonesia, las autoridades portuarias en Morowali (Indonesia) finalmente accedieron a que el marino desembarcara y recibiera atención médica.
Las autoridades indonesias también rechazaron múltiples solicitudes para una evacuación médica de urgencia necesaria para salvar la vida de un marino a bordo de un buque que se encontraba frente a la isla de Sumatra. El marino presentaba síntomas de derrame cerebral, incluidos confusión, lenguaje confuso, dolor debajo del hombro izquierdo y parálisis de la pierna y el brazo izquierdos. Un médico de Global Voyager Assistance confirmó que el marino debía ser llevado inmediatamente a un hospital para recibir tratamiento puesto que se trataba probablemente de una situación de vida o muerte. Resultó alarmante que las autoridades portuarias locales denegaran dos solicitudes del capitán para la evacuación médica debido a las restricciones relacionadas con el COVID-19. El Sindicato de Gente de Mar de Rusia y el KPI en Indonesia, ambos afiliados a la ITF, intervinieron activamente ante las autoridades responsables en Rusia e Indonesia, y respaldados por la ITF y los organismos pertinentes de las Naciones Unidas, incluidos la OIT y la OMI, lograron que el marino desembarcara y fuera llevado a un hospital casi cuatro días después de que se presentara la solicitud inicial.
Estos son tan solo algunos de los casos que se han notificado. Hay más ejemplos de gente de mar a la que se ha denegado su derecho legal a recibir tratamiento médico. Los Gobiernos no pueden utilizar el coronavirus actual para negar a la gente de mar los derechos humanos consagrados en la legislación internacional y nacional.
Los interlocutores sociales marítimos, el JNG y la ITF, exhortan urgentemente a los Gobiernos a que intervengan y respeten el derecho de la gente de mar a recibir atención y tratamiento médicos. Esto no solamente es necesario para mantener en funcionamiento el comercio marítimo y el transporte de bienes esenciales para aquellos que los necesitan, sino que es un derecho humano fundamental que no puede dejarse de lado debido a la pandemia. La gente de mar son trabajadores esenciales y sin sus servicios profesionales y su compromiso, los ciudadanos del mundo estarían mucho peor.
Post new comment