Cockroft recordó los principales conflictos y a algunas de las grandes personalidades de la historia sindical, de ayer y de hoy, con quienes trabajó, y recalcó: “Muchas organizaciones sindicales son buenas hablando. La ITF siempre fue buena actuando”.
“Veinte años después de mi nombramiento como secretario general en funciones —por decisión de mi predecesor, Harold Lewis, quien anunció su decisión de jubilarse a los 60 años— yo hice un anuncio similar. El Comité Ejecutivo de la ITF decidió entonces nombrar a Stephen Cotton para ese mismo cargo. Hasta ahora, la historia se ha repetido perfectamente. Ustedes tienen un último paso que dar: elegir a Stephen como secretario general al finalizar este Congreso”, añadió.
“Gracias compañeras, compañeros, colegas y amigos de este gran movimiento que siempre me apoyó; le deseo todo lo mejor a Stephen, a Paddy y a quienes eventualmente les sucederán.
“Como bien sabe Stephen, no he olvidado ni jamás olvidaré a la familia ITF. Cuando ustedes le elijan al final de esta semana —porque estoy seguro de que lo harán— Stephen asumirá la responsabilidad de llevar a la ITF a cotas incluso más elevadas, una tarea para la que está sobradamente preparado y estoy muy orgulloso de haber sido su predecesor”.
“Este es mi octavo Congreso”, dijo a la audiencia, “también es el primero en el que he tenido mucho tiempo para hablar con los delegados y delegadas, sin la responsabilidad de adoptar ninguna decisión difícil. Créanme: ¡lo estoy disfrutando!
Y concluyó diciendo: “Compañeros y compañeras, por encima de todo, me enorgullezco de haber trabajado para la gran y poderosa ITF. Tal vez, en mis tiempos, llegué a enfadar a algunos al decir que la ITF es la mejor de las organizaciones sindicales mundiales pero, sinceramente, estoy convencido de ello. Como le dijo a Harold Lewis su predecesor: “Este es el mejor trabajo del mundo”. Fue un privilegio increíble para mí servir como secretario general de la ITF.
“¡Muchas gracias a todos y a todas!”
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