"Ahora que la paz se convierte en realidad, queremos rendir homenaje a toda la ciudadanía colombiana en general y, en concreto, a todos los sindicalistas, hombres y mujeres por igual, que perdieron la vida o se vieron obligados a abandonar sus empleos y hogares por luchar por la justicia. Celebramos el éxito de las conversaciones de paz auspiciadas por el gobierno cubano y esperamos el fortalecimiento de un movimiento sindical unificado en Colombia”
“Este acuerdo traza una senda para la paz por la que llevan años esforzándose la ciudadanía colombiana y sus sindicatos. Ya no se podrá justificar el lamentable goteo de asesinatos de sindicalistas como meros actos de guerra. Si bien este acuerdo histórico no afectará a las prácticas antisindicales draconianas utilizadas por muchas empresas colombianas, sí ayudará a eliminar el —literalmente— letal estigma que tenía ser un dirigente sindical o un activista social”.
Esteban Barboza, secretario general del Sindicato Nacional de Trabajadores de Rama, Servicios de la Industria del Transporte y Logística de Colombia (SNTT), comenta: “El acuerdo de paz es un hito, un paso importante en la dirección correcta. Cientos de miles de colombianos, incluidos miles de dirigentes y activistas sindicales y de derechos humanos, se han ofrendado sus vidas para llegar a este momento”.
“Esperamos que la paz sea permanente y que se establezcan medios para compensar el sufrimiento padecido. Esperamos, también, que todos los colombianos y colombianas, unidos, disfruten de una libertad genuina, incluidas las libertades sindicales”.
Paddy Crumlin, presidente de la ITF, añade: “Colombia sufrió durante más de 50 años una guerra interna que los intereses privados utilizaron una y otra vez como excusa para intentar acabar con los derechos y libertades sindicales. Muchas de las mejores personas y de las mentes más brillantes del país cayeron durante esas cinco décadas de asesinatos e intimidación. Si preguntamos a cualquier miembro de un sindicato qué sabe de Colombia, dirá que es el lugar más peligroso del mundo para ser sindicalista. Hoy, por fin, vemos una luz, una posibilidad real de cambio. Deseamos, de todo corazón, su continuación y éxito, y que los trabajadores y trabajadoras de Colombia se liberen por fin del yugo del asesinato y el miedo”.
Sharan Burrow, secretaria general de la Confederación Sindical Internacional (CSI) comenta: “Poner fin a la persecución generalizada de sindicalistas y consagrar el respeto por los derechos fundamentales de los trabajadores constituyen elementos esenciales de toda democracia sustentable y de la justicia económica. Colombia es uno de los países con más desigualdades económicas del mundo. La libertad de asociación y el derecho a la negociación colectiva resultan clave para abordar las desigualdades y el diálogo social y deben ubicarse en el centro del proceso, desde el principio. Los sindicatos colombianos han luchado firmemente por la paz a lo largo de todo el conflicto, codo con codo con las organizaciones de la sociedad civil. Tienen un papel protagonista que desempeñar en la consolidación del cese el fuego y en el establecimiento de un nuevo rumbo para el país”.
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