Las empleadas y los empleados de limpieza, representados por el Sindicato Coreano de Trabajadores de Servicios Públicos y Transporte (KPTU), se declararon en huelga indefinida en julio, luego de dar por rotas las negociaciones con EK Manpower. La empresa respondió demandando a 12 activistas sindicales, a quienes reclamó KRW 110 millones (USD 930.000) en total. Sus cuentas bancarias fueron congeladas.
Gracias a este acuerdo la compañía se compromete a retirar la demanda y acepta la subida por encima del salario mínimo, además de la mejora de las condiciones laborales. Por otro lado, el gerente responsable del colapso de las relaciones laborales será reemplazado.
La familia ITF brindó apoyo al personal de limpieza y al KPTU a lo largo de toda la disputa. Junto a muchos sindicatos de todo el mundo, el secretario de Aviación Civil de la ITF, Gabriel Mocho Rodríguez, escribió a los directores generales de EK Manpower y Korea Airport Service (una filial de Korean Air), exigiéndoles que pusieran fin a la represión de los activistas sindicales e informándoles de que la ITF apoyaría cualquier escalada que los trabajadores y las trabajadoras y el KPTU consideraran necesaria.
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) advirtió a Corea del Sur en repetidas ocasiones sobre el exceso de externalización por parte de sus empleadores y su tendencia a emprender acciones legales contra activistas sindicales. El país aún no ha ratificado los convenios fundamentales de la OIT sobre libertad de asociación y negociación colectiva, que marcarían un compromiso con las prácticas laborales equitativas en toda su economía.
Aunque el KPTU ha firmado un acuerdo con EK Manpower, Korean Air, el empleador económico del personal de limpieza, no ha participado directamente en el proceso. El siguiente paso será garantizar que la aerolínea asuma sus responsabilidades sobre las normas laborales que prevalecen en su cadena de suministro.
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