La huelga de camioneros en Gräfenhausen (Alemania) concluyó con éxito el viernes 29 de septiembre. Los conductores han logrado una victoria histórica, ya que, por un lado, recibirán el dinero que se les adeuda y, por otro, el consorcio polaco Lukmaz, Agmaz e Imperia ha accedido a retirar las acciones judiciales emprendidas contra ellos.
La compañía había presentado demandas penales y una acción civil contra los conductores, que estuvieron en huelga en el área de servicio de Gräfenhausen durante más de diez semanas tras una acción colectiva similar que tuvo lugar en abril.
Los conductores de Gräfenhausen proceden de Uzbekistán, Georgia, Tayikistán, Ucrania y otros países de fuera de la Unión Europea (UE), aunque trabajan para el Grupo Mazur en Europa Occidental transportando mercancías en la cadena de suministro de grandes multinacionales. Las condiciones laborales de explotación impuestas por el Grupo Mazur fueron el detonante de la huelga. Los conductores se movilizaron durante más de diez semanas e incluso soportaron una huelga de hambre de seis días.
La ITF y la ETF han apoyado la huelga desde el principio. Sobre el terreno, la Fundación para la Diligencia Debida en el Transporte por Carretera (Fundación DDTC), Faire Mobilität y los sindicatos alemanes DGB y ver.di brindaron asistencia concreta a los conductores y mediaron para poner fin a la huelga.
El paro de Gräfenhausen ha vuelto a sacar a la luz los problemas endémicos del transporte por carretera en Europa y, más específicamente, las dificultades que afrontan los conductores transfronterizos en el continente, en particular los ciudadanos y las ciudadanas de terceros países de fuera de la UE. Las pésimas condiciones de trabajo de estas personas revelan las carencias estructurales del sector del transporte por carretera y el modelo de negocio insostenible en el que se basa. La campaña de lucha por la justicia para este personal del transporte también ha puesto de relieve la responsabilidad de los clientes multinacionales del transporte por carretera por los abusos de los derechos humanos y laborales que se cometen en sus cadenas de suministro.
Edwin Atema, un miembro de la Fundación DDTC que ha estado sobre el terreno en Gräfenhausen, afirma: “Ha concluido la huelga de camioneros más larga e internacional que jamás haya habido en Europa. Todas las denuncias y los cargos que se han presentado contra los conductores de Gräfenhausen se han retirado, y se ha pagado el dinero adeudado”.
“Estos conductores eran invisibles en las cadenas de suministro del transporte por carretera de Europa, pero ahora han marcado el camino para realizar cambios fundamentales. Han dejado de ser invisibles para convertirse en invencibles. Todos los conductores y las conductoras de Europa y las empresas responsables pueden dar las gracias a los camioneros de Gräfenhausen por la victoria que han conseguido”.
La huelga también atrajo la atención del comisario de Empleo y Derechos Sociales de la UE, el Ministerio Federal de Trabajo alemán y la Oficina Federal de Asuntos Económicos y Control de Exportaciones (BAFA) de Alemania. La BAFA tiene el mandato de controlar el cumplimiento de la ley alemana de obligaciones en materia de diligencia debida para las empresas en las cadenas de suministro, que obliga a las compañías a evitar y mitigar los abusos de los derechos humanos en sus cadenas de suministro. La oficina ha iniciado una investigación a las sociedades alemanas en cuyas cadenas de suministro operan las empresas de transporte polacas implicadas. Además, la BAFA ha convocado para el 16 de octubre una cumbre sobre la crisis dirigida a tratar con los sindicatos y representantes del sector la pandemia de explotación en el transporte por carretera.
La secretaria general de la ETF, Livia Spera, declara: “Los conductores de Gräfenhausen han demostrado que, cuando el personal se organiza, es más probable que se respeten sus derechos. Pero también han sacado a la luz la explotación que padecen los ciudadanos de terceros países en el sector del transporte por carretera, revelando la necesidad de una supervisión rigurosa de sus condiciones de empleo y situación jurídica y del cumplimiento de las normas sociales por parte de los operadores, sea cual sea su posición en la cadena de suministro”.
Spera señala que la huelga servirá de ejemplo y subraya la necesidad de realizar inspecciones sistemáticas en las cadenas de suministro que operan en Europa. Aunque esta victoria representa un avance importante, la lucha por la dignidad y el respeto de todos los conductores y conductoras continúa.
“La unidad que han demostrado los camioneros de Gräfenhausen es una enorme inspiración para todos nosotros”, afirma Stephen Cotton, secretario general de la ITF. “Al mismo tiempo, estos conductores han dejado patente que aún falta muchísimo por hacer para resolver los problemas estructurales que padece el transporte por carretera europeo. La ITF se compromete a apoyar el proceso para garantizar la responsabilidad en el transporte por carretera de Europa y elogia a la autoridad alemana en materia de cadenas de suministro, la BAFA, por su rápida intervención al convocar una cumbre sobre la crisis. Estamos preparados para colaborar con cualquier Gobierno o empresa que tenga el firme compromiso de mejorar el sector”, concluye.