Las trabajadoras y los trabajadores aeroportuarios han recuperado sus empleos, frustrando así los intentos de TAV Airports de usar el COVID-19 como excusa para terminar con la actividad sindical en Túnez.
La afiliada tunecina Fédération Nationale des Transports (FNT) y la ITF organizaron —y ganaron— una campaña contra el despido injusto e ilegal de 109 miembros del personal a finales de mayo.
TAV Tunisie despidió a personal de los aeropuertos internacionales Enfidha-Hammamet y Monastir Habib Bourguiba, ambos situados en la provincia de Susa, a unos 100 km al sur de la ciudad de Túnez. Lo hicieron de forma ilegal, sin mantener ninguna consulta. Parecían apuntar a activistas sindicales, ya que, de las personas despedidas, 12 eran líderes sindicales.
Ahora, gracias a la presión sindical, los 109 miembros del personal se han reincorporado y han recibido el pago íntegro de los salarios atrasados correspondientes al período de despido. La compañía también ha accedido a negociar con los sindicatos locales un conjunto de criterios relativos a los despidos de cara al futuro, a fin de proteger al personal contra este tipo de medida sumamente injusta y motivada políticamente.
“Esta clase de despido masivo sin consultar con los sindicatos es ilegal según la legislación tunecina”, declaró Gabriel Mocho Rodríguez, secretario de la Sección de Aviación Civil y Servicios Turísticos de la ITF, que añadió: “Y la empresa ignoró toda representación sindical sobre el asunto. El despido viene precedido de un tenso período en el que líderes y activistas sindicales recibían con frecuencia intimidaciones de sus superiores y en el que se impusieron recortes salariales sin negociación alguna. Creemos que esto se suma a los intentos de la empresa por terminar con el sindicalismo”.
La presión ejercida por la FNT —con el apoyo de la Union Générale Tunisienne du Travail (UGTT) y la ITF— sobre el Ministerio de Trabajo de Túnez y otras áreas del Gobierno dio sus frutos cuando el gobernador de la provincia de Susa, Rajaa Trabelsi, intervino para obligar a la dirección de TAV a sentarse a la mesa de negociación.
La compañía sostuvo que las presiones financieras provocadas por la pandemia hicieron necesarios los despidos, pero la información publicada en la prensa de negocios lo desmintió, ya que la empresa cuenta con numerosos recursos para sobrevivir al COVID-19 sin tener que despedir al personal.
En una primera reunión entre la dirección de TAV, representantes del Gobierno y sindicatos, la empresa reconoció su error con respecto de los despidos y accedió a reincorporar a todo el personal. Se ha programado otra reunión en la que los sindicatos y la dirección debatirán formas más eficaces de abordar las consecuencias de la pandemia para la empresa.
“Túnez es una nueva democracia, y es magnífico ver lo eficaces que pueden ser las estructuras democráticas”, declaró Bilal Malkawi, secretario regional de la ITF para el Mundo Árabe. “Nos enfrentamos a una lucha sin escrúpulos para conseguir un trato equitativo y justo para el personal de esta región en general. La campaña de los sindicatos y el apoyo de la UGTT, junto con la intervención del gobernador, han logrado que todo funcione correctamente. Túnez puede ser un ejemplo para todos”.