Un seísmo de magnitud 7,8 con epicentro cerca de Gaziantep, en el suroeste de Turquía, asoló la región en las primeras horas del día. Un segundo seísmo, de magnitud 7,5, se produjo al mediodía siguiente unos kilómetros más al norte. Los sismólogos consideran el primer seísmo uno de los mayores registrados en el país. Los testigos afirman que el suelo, los edificios y todo lo que los rodeaba temblaron violentamente durante unos dos minutos en el primer seísmo.
Las organizaciones sindicales de la región afiliadas a la Federación Internacional de los Trabajadores del Transporte (ITF) han informado sobre la atroz destrucción que han provocado ambos terremotos. En las diez ciudades ubicadas en la zona más afectada, miles de edificios han quedado destruidos, entre ellos estaciones ferroviarias, túneles de carretera y almacenes portuarios. El número de víctimas mortales confirmadas supera ya las 3500 en ambos países, aunque las tareas de rescate entre los escombros no han hecho más que empezar y las autoridades admiten que el número final de víctimas mortales será probablemente de decenas de miles, a las que hay que añadir miles de heridos.
Nuestros sindicatos afiliados han comunicado la muerte de muchos de sus miembros, entre ellos algunos que habitaban en un bloque de viviendas para trabajadores ferroviarios, que se ha derrumbado por completo. Muchos más han perdido sus hogares o lugares de trabajo. Hay dos aeropuertos cerrados por los daños que han sufrido sus pistas, y en İskenderun el derrumbe de varios almacenes ha dejado el puerto fuera de servicio.
Las labores de rescate, difíciles de por sí debido al clima invernal extremo de esta región montañosa, están siendo prácticamente imposibles debido a los daños en las infraestructuras de transporte. La red viaria a través de las montañas depende de un gran número de túneles, muchos de los cuales han colapsado o han sido declarados inseguros.
Respuesta a la crisis
Las cuatro confederaciones sindicales de Turquía han creado centros de crisis para recabar información y organizar la ayuda humanitaria. Los trabajadores y las trabajadoras del transporte de toda la región están preparados para llevar ayuda y personal de rescate allí donde se necesite.
“La situación sobre el terreno es desgarradora, sobre todo para la población de la región, que está aún asimilando la magnitud de la devastación y la pérdida de sus seres queridos”, afirma Paddy Crumlin, presidente de la ITF. “Transmitimos nuestra solidaridad y nuestro más profundo pésame a nuestras afiliadas y nos mantenemos en alerta para desplegar ayuda práctica tan pronto como identifiquen qué es lo que más necesitan. Las secuelas de esta devastadora catástrofe a nivel humano, económico y regional requerirán apoyo y compromiso a largo plazo, y la ITF está decidida a formar parte de dicho compromiso”.
La situación en Siria es aún más complicada debido al conflicto que continúa abierto en ese país. Hay noticias de que la ciudad de Alepo, devastada por la guerra, se encuentra entre las asoladas por los seísmos. Al parecer, sus hospitales, sobrecargados ya por el conflicto bélico, están desbordados por el número de heridos. La ITF respalda los llamamientos para que la ayuda humanitaria y la asistencia de emergencia puedan llegar sin restricciones a todas las zonas afectadas por el terremoto.
Turquía ha declarado el nivel cuatro de emergencia y ha lanzado una petición de ayuda a las organizaciones internacionales. Muchos países y organizaciones, incluida la ITF, ya han prometido su apoyo.
“Aún no conocemos la magnitud de la catástrofe, pero en estos trágicos momentos transmitimos al pueblo turco y al pueblo sirio nuestras más sinceras condolencias y la solidaridad de los trabajadores y las trabajadoras del transporte de todo el mundo”, declara Stephen Cotton, secretario general de la ITF.
“Nuestras organizaciones sindicales afiliadas y aliadas nos informan que aún no han podido contactar con muchos de sus miembros. Creen que estas personas se encuentran bajo los escombros de los edificios derrumbados. Nos hallamos en una carrera contrarreloj para encontrar supervivientes, y nuestros corazones y pensamientos están con las familias y el personal de rescate que los está buscando”.