Solo unos días después de que los repartidores anunciaran la creación por parte de la ITF de la red mundial #Rights4Riders en protesta contra el modelo de negocios de la empresa, Deliveroo sufre algunos tropiezos en su salida a la Bolsa de Londres.
Muchos fondos de riesgo importantes han anunciado que no participarán en la oferta pública inicial, entre ellos la administradora de fondos de inversión Eden Tree, que describió el modelo comercial insostenible de Deliveroo como “una carrera a la baja donde los empleados son tratados por lo general como bienes desechables”.
De la misma manera, Legal & General Investment Management, Aviva, Aberdeen Standard, M&G, BMO Global y CCLA han afirmado que dejarán pasar la primera venta de acciones. La mayoría de ellos cita como motivo para no invertir su preocupación por los derechos de los trabajadores y las trabajadoras.
Mientras tanto, en Italia, donde miles de repartidores de todo el país participaron en una jornada de acción mundial el 26 de marzo, la empresa competidora Just Eat ha firmado un convenio colectivo con los sindicatos italianos en el que reconoce la condición de empleados de sus repartidores, lo que les garantiza un salario mínimo, seguridad social, licencia por maternidad/paternidad, días libres remunerados, reintegro de gastos y derechos sindicales.
Esto se produce después de que Uber anunciara recientemente que reconocería a sus conductores en el Reino Unido como trabajadores en cumplimiento de un fallo del Tribunal Supremo.
Estos acontecimientos han asestado un fuerte golpe a Deliveroo: el miércoles, primer día de operaciones condicionales de la empresa, el debut de sus acciones fue descrito de forma generalizada como un fiasco, ya que cayeron hasta un 31 %, lo que supone el peor desempeño de una oferta pública inicial en décadas. A principios de semana, la empresa había anunciado que bajaría el precio de sus acciones al extremo más bajo del rango de precios indicado, reduciendo así su capitalización de mercado en 1000 millones de libras esterlinas.
Sin embargo, en lugar de seguir el ejemplo de sus competidoras y mejorar las condiciones del personal, Deliveroo se mantiene en sus trece: continúa perpetuando el mito de que la flexibilidad es incompatible con la oferta de salarios dignos y prestaciones como los días libres remunerados y la cobertura de seguros.
Stephen Cotton, secretario general de la ITF, afirma: “La tendencia a la baja en la remuneración y las prestaciones de Deliveroo debería preocuparnos a todos. En la última década, la economía de las microtareas, caracterizada por los contratos de cero horas y el trabajo autónomo espurio, se está generalizando cada vez más. Hoy son los repartidores de alimentos los que se enfrentan a la erosión indiscriminada de sus derechos laborales, pero mañana serán los trabajadores y las trabajadoras de otros sectores, a menos que abordemos estos temas sin rodeos.
“Durante la pandemia de COVID-19, los trabajadores —en su mayoría mujeres y jóvenes— han perdido 3,7 billones de dólares en ingresos, mientras que los multimillonarios han ganado 3,9 billones. Ya basta: debemos poner fin a la práctica de pagar de menos a los trabajadores y las trabajadoras para aumentar la enorme fortuna de las personas más ricas del mundo.
“Los sindicatos siguen siendo fundamentales para mantener a raya la codicia desenfrenada de las empresas y asegurar que el trabajo nos beneficie a todos y todas. La campaña #Rights4Riders ha demostrado lo que las personas corrientes pueden lograr si permanecen unidas frente al maltrato. Deliveroo puede estar del lado correcto de la historia y aceptar ofrecer a sus repartidores la dignidad que toda persona trabajadora merece o puede continuar negándoles sus derechos fundamentales”.
La ITF seguirá apoyando a los repartidores de Deliveroo en sus movilizaciones y huelga del 7 de abril, fecha de la salida a bolsa de la empresa, así como en su lucha por un trabajo digno.
