LSG Sky Chefs, propiedad de Lufthansa, presta servicios de catering a varios importantes proveedores de transporte en los tres países, como American Airlines, que ha obtenido más de 12.000 millones de dólares en beneficios desde 2015. A pesar de esto, el personal de LSG recibe bajos salarios y una cobertura desigual de las prestaciones laborales.
Los trabajadores y las trabajadoras de EE.UU., Alemania y Gran Bretaña representan más de 20.000 de los 35.000 empleados de LSG en todo el mundo. En julio, los trabajadores alemanes asistieron a una manifestación convocada en Washington DC por UNITE HERE, afiliada estadounidense de la ITF, en la que los trabajadores y las trabajadoras recibieron el apoyo para su campaña de candidatos presidenciales como Bernie Sanders y Elizabeth Warren.
En agosto, 58 trabajadores y trabajadoras fueron arrestados acusados de desobediencia civil no violenta, en la sede de American Airlines en Texas, por protestar contra sus salarios de miseria. Los trabajadores y las trabajadoras de LSG y American Airlines de Argentina, España y Nueva Zelanda también asistieron a las movilizaciones de Dallas, poniendo de relieve la preocupación mundial que suscitan estas compañías. Los trabajadores y las trabajadoras estadounidenses del sector del catering siguen dispuestos a ir a la huelga luego de la votación celebrada a principios de verano, siempre y cuando sea liberado por la Junta Nacional de Mediación del país.
Ayer, en Frankfurt, la afiliada alemana de la ITF, ver.di, organizó una conferencia internacional de empleados y empleadas de LSG para analizar la venta prevista de la empresa por parte de Lufthansa, que podría afectar al personal británico, representado por Unite, también afiliada a la ITF. La ITF y sus afiliadas exigen que Lufthansa cancele la venta. Luego de la conferencia, cientos de trabajadores y trabajadoras de LSG y Lufthansa de Alemania, Gran Bretaña y Estados Unidos participaron en una protesta en el aeropuerto de Frankfurt y a las afueras de la sede de Lufthansa.
Hoy, en el aeropuerto londinense de Heathrow, personal de estas tres compañías distribuyeron propaganda a los pasajeros y ejecutivos de American Airlines, en la que se pedía que la compañía intervenga para poner fin a los salarios de miseria y para garantizar un seguro de salud asequible para los trabajadores y las trabajadoras que atienden a sus pasajeros.
"Me desahuciaron de mi casa porque no podía seguir pagando el alquiler, a pesar de que trabajaba a tiempo completo para LSG", explica Tenae Stover, una empleada de Washington DC que viajó a Europa dentro de la delegación sindical.
"Nuestra lucha para acabar con los salarios de pobreza es la misma, independientemente de que se trate de Lufthansa, British Airways o American Airlines. Todos trabajamos en la misma industria rentable y les corresponde a las aerolíneas, en concreto a Lufthansa como propietaria y a American como cliente principal, asumir la responsabilidad por el dolor y la incertidumbre que están causando".
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