Agencia de la ONU apoya las “tarifas de seguridad” y pide a los gobiernos que protejan los derechos de taxistas y usuarios frente a Uber

Una de las resoluciones plantea la necesidad de unos salarios que garanticen la seguridad y la equidad, como forma de proteger a los trabajadores y trabajadoras del transporte y al resto de los usuarios, de morir o resultar heridos en accidente de carretera. Los empleadores, gobiernos y sindicatos decidieron elaborar un código internacional de prácticas tomando como modelo la legislación australiana sobre las ‘Tarifas de de seguridad’.
 
“Los empleadores y gobiernos de todo el mundo se comprometieron a promover las tarifas de remuneración garantes de la seguridad como vía de mejorar la seguridad en carretera” afirma Tony Sheldon, presidente de la Sección de Transporte por Carretera de la ITF y secretario nacional de la Unión Australiana de Trabajadores del Transporte.

“Cada año mueren en el mundo miles de personas a consecuencia de accidentes en los que se ven involucrados camiones. Esto se explica por los contratos de bajo coste que imponen las acaudaladas cadenas de minoristas y fabricantes a las compañías de transporte y camioneros, que les presionan hasta el punto de llevarles a sobrepasar los límites de velocidad, los tiempos de conducción y la carga de los vehículos permitidos. Debemos poner fin a esta masacre ya, y la forma de lograrlo es frenar las presiones desde arriba”, añade.
 
Una segunda resolución aprobada reclama a los gobiernos que respeten las normas internacionales que protegen la seguridad de los pasajeros y los derechos de los conductores, antes de abrir sus mercados a las plataformas de transporte colaborativo, como Uber.
 
“Uber no garantiza suficientemente la seguridad de los pasajeros. Esta compañía alardea de crear empleos, pero ¿qué tipo de empleos? Empleos sin derecho a baja por enfermedad, ni vacaciones anuales, ni licencia por maternidad, ni una pensión digna, con un salario mínimo y sin protección frente a los despidos abusivos” afirma Sheldon.
 
Los taxistas ven como sus ya mínimos salarios están descendiendo a causa de la competencia desleal de Uber. Quienes poseen licencias profesionales ven como su inversión pierde todo valor de la noche la mañana. Por su parte, Uber multiplica sus beneficios y los envía al extranjero, eludiendo los impuestos locales y negándose a instalar cámaras de seguridad en los vehículos, cuando éstas son obligatorias para los taxistas profesionales.
 
“Se trata de garantizar la seguridad de los usuarios y un salario digno para los taxistas. Una compañía como Uber, valorada en 50 000 millones de USD, debe ser capaz de garantizar la seguridad y los derechos”.